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martes, 11 de febrero de 2020

EL MENSAJE DE JUAN A LAS 7 IGLESIAS, LA EPOCA ACTUAL Y EL LIBRO DE RUTH


TRIANGULANDO ESCRITOS BÍBLICOS
EL MENSAJE DE JUAN A LAS 7 IGLESIAS, LA ÉPOCA ACTUAL Y EL LIBRO DE RUTH

En el Mensaje del Apóstol Juan a las 7 iglesias vemos reflejado un mensaje a los cristianos que vivirán los últimos tiempos, la llamada “tribulación”. Vemos como Juan describe las fallas y defectos que tendrán y que hacer en caso de tenerlas. Tales fallas o graves defectos en las iglesias cristianas actuales se han visto aumentadas a niveles inimaginables hace tan solo 30 años; lo que sugiere que estamos próximos al fin de los tiempos. Dicho esto unido a como ha comenzado este año 2020, con guerras, terremotos, pestes, incendios y volcanes, unido a un gran descontento social y quiebre económico, nos lleva a prestar suma atención a lo dicho por Juan, y buscar en nuestra Biblia palabras de aliento y alivio, o lo que es lo mismo, abrigarnos bajo la sombra del omnipotente… y el libro de Ruth es de mucha ayuda… veamos.

 Antes que nada veamos el mensaje de Juan a las 7 Iglesias:

Lectura del libro de Apocalipsis 2:1-3:22 Biblia versión RV1960

(1)  Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
(2)  Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
(3)  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
(4)  Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
(5)  Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
(6)  Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
(7)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
(8)  Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:
(9)  Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
(10)  No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
(11)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
(12)  Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
(13)  Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
(14)  Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
(15)  Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
(16)  Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
(17)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
(18)  Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
(19)  Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
(20)  Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
(21)  Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
(22)  He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
(23)  Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.
(24)  Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;
(25)  pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
(26)  Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
(27)  y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
(28)  y le daré la estrella de la mañana.
(29)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Cap.3
(1)  Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
(2)  Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
(3)  Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
(4)  Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
(5)  El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
(6)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
(7)  Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
(8)  Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
(9)  He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
(10)  Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
(11)  He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
(12)  Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
(13)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
(14)  Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
(15)  Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
(16)  Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
(17)  Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
(18)  Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
(19)  Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
(20)  He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
(21)  Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
(22)  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

EXÉGESIS DEL TEXTO:

Ahora desglosemos el texto: estas características descritas por Juan de estas iglesias se están viendo actualmente?

La iglesia de Éfeso: se caracteriza por reemplazar a Cristo por una ortodoxia fría y mecánica. Su pureza doctrinal y moral, su celo inquebrantable por la verdad y su servicio disciplinado no eran sustituto para el amor a Cristo que habían descuidado.

La iglesia de Esmirna: se caracteriza por sufrir pobreza, persecución y cárcel por causa de Cristo.

La iglesia de Pérgamo: se caracteriza por admitir y permitir dentro de ella cosas inmundas y prohibidas a los ojos de Dios. Pervirtiendo la gracia y reemplazando la libertad cristiana por el libertinaje pecaminoso. (Matrimonios Gay, Aborto, idolatría de imágenes, apostasía, etc).

La iglesia de Tiatira: se caracteriza por su tolerancia a las inmoralidades sexuales y el adulterio, transgrediendo los diez mandamientos de Dios.

La iglesia de Sardis: se caracteriza por perder el verdadero testimonio de Cristo, manchando sus vestiduras con el mundo, viviendo como el mundo. Por lo tanto es una Iglesia muerta.

La iglesia de Filadelfia: se caracteriza por su fidelidad irrestricta a Cristo. Han mostrado celo por las buenas obras. En su humana debilidad, habían confiado en el Señor. El resultado es que han podido preservar la verdad viviéndola en sus vidas. Nunca han negado el nombre de Cristo. Por tanto, Él había puesto delante de ellos una puerta abierta de oportunidad que nadie podría cerrar.

La iglesia de Laodicea: se caracteriza por ser abominablemente tibio. El Señor hubiese preferido que hubiera sido extremada en su indiferencia o en su celo. Pero no, era lo suficientemente tibia como para engañar a la gente a pensar que es una iglesia de Dios, y tan repugnantemente tibia en las cosas divinas que causaba asco al Altísimo. Aunado a esto tenía dentro de si otros defectos como el orgullo, la ignorancia, la autosuficiencia y complacencia.

EL MUNDO ACTUAL: SE CUMPLEN TODAS LAS CARACTERÍSTICAS DESCRITAS POR JUAN.

En los últimos 30 años hemos visto el ataque sistemático de satanás contra el pueblo cristiano y su iglesia, tratando de deformarla, incubando ideologías contrarias a la verdadera fe impartida por nuestro señor Jesús y nuestra Biblia. Ya vemos como en algunas iglesias se permite el matrimonio gay, se permite el adulterio, ya se habla del aborto no como crimen, sino como un “derecho”, cosas jamás vistas años atrás.

En esta imagen que les presentare, vemos tanto las características de cómo serán las iglesias cristianas en el fin de los tiempos, de forma resumida, así como las advertencias hechas por Juan a las mismas, para que recuperen el sendero verdadero, a fin de que no se extravíen, porque ¡cercano es el día de nuestro señor Jesús!




CONSEJOS BASADOS EN EL LIBRO DE RUTH PARA VIVIR ESTA ÉPOCA DE TRIBULACIÓN Y ANGUSTIA

Visto los consejos del Apóstol Juan a los cristianos que vivan la época de la tribulación, vemos también en el libro de Ruth valiosos consejos para afrontar todo momento turbulento, o malo que nos toque afrontar. Recuerden, somos una generación especial, somos los guerreros de Cristo y nos toca la parte más dura de la batalla, ¡que es su fin¡ y que gracias a Cristo somos más que vencedores, porque él en la cruz, ya obtuvo la victoria por nosotros.

La palabra clave del libro de Ruth es redención. Otra palabra clave es pariente, la cual se menciona nueve veces. Booz es el pariente redentor que compra de nuevo las tierras que pertenecían a Elimelec y levanta herederos para continuar el nombre de la familia. Él es figura de Cristo, el verdadero Pariente Redentor. Rut, la moabita, ilustra la Iglesia como la novia de Cristo, redimida por medio de Su maravillosa gracia.

Igualmente, en este libro encontramos ejemplos excelentes de fe, piedad, paciencia, humildad, laboriosidad, y benignidad, en los hechos comunes de la vida. Vemos también el cuidado especial que la providencia de Dios tiene de nuestros intereses más pequeños, alentándonos a confiar plenamente en Él. Podemos ver este libro como una bella, por lo natural, representación de la vida humana; como un detalle curioso de hechos importantes y como parte del plan de redención. Todas estas herramientas dadas por Dios en este libro nos servirán para afrontar cualquier batalla, ¡escudríñalo!

BIBLIOGRAFIA:

Biblia Reina Valera 1960. (Libros Apocalipsis cap. 2 y 3, y el Libro de Ruth).
Comentario Macarthur Apocalipsis cap. 2 y 3.
Comentario Macarthur Libro de Ruth. Introducción.
Comentario Bíblico de William Macdonald.
Comentario Bíblico Beacon.

martes, 23 de julio de 2019

CONSTANTINO PERVIRTIÓ LA IGLESIA CRISTIANA? PRUEBAS HISTORICAS QUE LA PERVERSIÓN FUE EN EL SIGLO VII 300 AÑOS DESPUES¡


Hay algunas ramas cristianas, y también ateos, que afirman que la Iglesia Cristiana fue fundada por el emperador Constantino con el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. Esta teoría logró gran difusión gracias también al best-seller internacional El Código Da Vinci. Si eso fuera cierto, el mismo Credo de Nicea y los padres de la Iglesia, los fundamentos cristianos, el canon bíblico, etc, estarían en seria duda con la doctrina verdadera. Veamos la historia que fue lo que paso.



Antes del Concilio de Nicea (325) el cristianismo se vio en continuas persecuciones bajo distintos emperadores romanos, Nerón, Decio, Domiciano, Dioclesiano etc, hasta que, al fin, el emperador Constantino en el 313 en su edicto de Milán, permite la tolerancia y la libertad de culto a los cristianos. Lo hace para tratar de unificar el imperio romano, sumido en guerras civiles. Leamos lo que dice su edicto: “Habiendo advertido hace ya mucho tiempo que no debe ser cohibida la libertad de religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y libertad de cada cual el ejercicio de las cosas divinas conforme al parecer de su alma, hemos sancionado que, tanto todos los demás cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia de su secta y religión […] que a los cristianos y a todos los demás se conceda libre facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que quienquiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio a nosotros y a todos los que viven bajo nuestro imperio. Así, pues, hemos promulgado con saludable y rectísimo criterio esta nuestra voluntad, para que a ninguno se niegue en absoluto la licencia de seguir o elegir la observancia y religión cristiana. Antes bien sea lícito a cada uno dedicar su alma a aquella religión que estimare convenirle.[…] Las propiedades habrán de ser devueltas a los cristianos sin exigir pago o recompensa de ningún tipo, y sin admitir ningún tipo de fraude o engaño” (Edicto de Milán, 313).

Con ti más la persecución también estaban las herejías, una de ellas la más peligrosa: la doctrina de Arrio que, en su predicación, empezó a manifestar algunas de sus ideas sobre la Trinidad, que enlazaban con el adopcionismo y subordinacionismo de Luciano de Antioquía, llegando a negar abiertamente la divinidad del Hijo, su eternidad y su consubstancialidad con el Padre. Después de algunas advertencias en secreto por parte del obispo, Arrio siguió con su predicación y radicalizando sus posiciones entre el 318-320. Los viajes de Arrio a Oriente, contactando directamente con ciertos obispos de la talla de Eusebio de Cesarea, encendieron la polémica en aquella región; intervino entonces el obispo Alejandro con dos cartas a los obispos orientales, en las que explicaba los errores teológicos de Arrio.

Entre tanto, Constantino había vencido a Licinio, convirtiéndose en el único duefio del Imperio (julio-septiembre de 324). Informado de la controversia, le desagradó todo aquello: la experiencia del donatismo le había enseñado la gravedad de las disidencias internas de la Iglesia y - sus repercusiones sobre la convivencia civil. El emperador en vió enseguida a Alejandría a Osio de Córdoba, con una carta para Alejandro y Arrio, que entre tanto había regresado a su ciudad. La carta es de gran importancia: Constantino habla como hombre político, preocupado por restablecer la paz religiosa; no es de extrañar que se muestre poco interesado por la substancia doctrinal de la controversia, dado que conocía relativamente poco del dogma cristiano, y quizás Eusebio de Nicomedia le había presentado de modo parcial y simplista la controversia. Fracasó la misión de Osio, pero tuvo ocasión de comprender el alcance de la cuestión y, al volver a Nicomedía, fue seguido por Alejandro y por Arrio, que intentaban granjearse el favor de Constantino. Mientras tanto, a finales del año 324, 56 obispos reunidos en Antioquía para la elección del nuevo obispo celebraron allí un concilio en el que condenaron a Arrio y expusieron la verdadera fe en una carta sinodal, que enviaron también al obispo Silvestre de Roma, que la aprobó junto con los obispos italianos. Se imponía un concilio para afrontar definitivamente la cuestión: la idea nació probablemente en la reunión de los obispos en Antioquía y - es fácil que Osio y Alejandro se la propusieran a Constantino; el hecho es que el ejecutor del proyecto fue Constantino, que, por diversas razones, tuvo que replegarse de Ancira a Nicea (325). Aquí se condenó a Arrio. Surgió también la necesidad de elaborar un nuevo símbolo, con la introducción del término homoousios.

El concilio de Nicea fue el primer concilio ecuménico y supuso, para la Iglesia y la ortodoxia, una gran victoria. Los obispos fueron conscientes de ello durante el concilio y después de él, llamándolo "santo” “grande”, «columna contra todas las herejías». La fe de Nicea habría de durar por siempre, como definición solemne de la fe recibida de los Padres. Después de las vicisitudes de los reinados de Constancio II y de Valente (que eran arrianos), el arrianismo pudo ser superado por completo y se pudo volver a la ortodoxia según la definición de Nicea.

Podemos notar que lo que hizo Constantino (ojo, que al morir Constantino fue bautizado por un monje arriano, condenados ya por dicho Concilio) fue primero cesar las persecuciones, y tratar de que el imperio no cayera en otra guerra civil, esta vez de índole religioso (arrianismo vsus cristianismo), no hay pruebas de que el cristianismo practicado antes de Nicea haya sido cambiado después del concilio por Constantino, no hay evidencia de la creación de una nueva iglesia, (estamos en el 325 D.C, ya habían pasado casi trescientos años de la muerte y resurrección de Cristo, donde las comunidades cristianas estaban presentes y existían, tenían sus tradiciones, escritos, cartas, etc) y al final lo que me parece que es la prueba más firme que Constantino no pervirtió la cristiandad es el mismo CREDO DE NICEA:

Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre; Por el cual todas las cosas fueron hechas, El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo, Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, Padeció, y fue sepultado; Y al tercer día resucitó según las Escrituras, Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre. Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; Y su reino no tendrá fin. Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Que habló por los profetas. Y creo en una santa Iglesia Católica (aquí nótese el significado epistemológico de la palabra y no la de la Iglesia Católica) y Apostólica. Confieso un Bautismo para remisión de pecados, Y espero la resurrección de los muertos. Y la vida del Siglo venidero. Amén.

Vemos conceptos que todo cristiano debería tenerlos como innegociables, es nuestra doctrina de fe que son:

Un solo Dios, Creador de todo lo que existe, Jesús como su hijo, que resucito, y subió a los cielos, creemos en su segunda venida, creemos en el Espíritu Santo, creemos que Dios le hablo a los profetas, creemos que somos parte de una sola iglesia cristiana, en el bautismo y en la resurrección de los muertos, así como en la vida eterna.

Todo cristiano debería de creer esas cosas, sea evangélico, católico, ortodoxo, luterano o calvinista; Adventista o pentecostal, este credo contiene lo que la mayoría de nosotros creemos, por lo que Constantino no trastoco, ni modificó, ni cambió nada del cristianismo. (Aseveración también apoyada por evidencias históricas y por la mayoría de los historiadores modernos).

Ahora bien, se sabe que la Iglesia Católica se pervirtió, pero no fue Constantino el causante, como hemos visto ya. La perversión se originó alrededor del siglo VII, cuando surgió el catolicismo romano, y las pruebas son: La perversión del canon bíblico al quitarle las notas de Jerónimo en la Biblia que el tradujo, conocida como la Vulgata en los apócrifos; Jerónimo puso al final de la vulgata los libros apócrifos con una nota que decía “que no era inspirado por Dios ni histórico, sino que han de ser tomados como ayuda”, al quitarle dicha nota, el catolicismo tomo versículos de estos escritos apócrifos como canon y doctrina para apoyar, por ejemplo, el purgatorio, (macabeos), orar a los santos (Tobías), o dar dinero para que así Dios me acepte mas (Tobías), las monjas (Judith).

En este tiempo también podemos acotar que, volverse cristiano, y convertirse al cristianismo era “la moda”; no nada más por el simple hecho de conseguir buenos trabajos, un buen sueldo como sacerdote, sino también como presión social y cultural. Las personas en su mayoría no se convertían a Cristo por fe, sino por conveniencia.

La figura del papado surgió a partir del siglo VII, trescientos años después de Constantino, no hay evidencias históricas de un papado antes de dicho siglo. Se tomaba como líder de la iglesia al más anciano de los obispos, sea en Roma, o en Constantinopla, Alejandría, etc. La figura del papado se tomó como tal gracias a Gregorio Magno, hombre muy humilde, tomado también como padre de la Iglesia, pero que lamentablemente tuvo errores en la interpretación de la Biblia y la Sana Doctrina. Gracias a su defensa de Roma frente a las invasiones bárbaras fue tomando renombre y liderazgo, hasta que cada palabra que él decía se convertía en dogma, tanto de fe como a nivel político; formándose oficialmente el papado. A partir de este hecho, El papado habla por Dios, violando lo que dice la Biblia, que Jesucristo es la cabeza de la Iglesia, a partir de allí vemos concilios que sobrepasan lo dicho por las escrituras, un hombre ya no puede añadirle nada más a la Biblia ya que está cerrada tal como lo dice en Apocalipsis 22. Todas estas perversiones terminaran con el Cisma de oriente, y la Reforma de Lutero.

El hermano Gary Shogren, Phd, Profesor del Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San Jose Costa Rica, autor del articulo web El Emperador Constantino el Grande un villano o un heroe? explica detalladamente los mitos y leyendas que se han derivado bajo el reinado de Constantino, desde fundador de la cristiandad, hasta "imponer" cosas como la doctrina de la Trinidad, la eliminación del sábado, etc. les recomiendo que lean este articulo, ya que desglosa con suficiente argumentación y pruebas, cada mito y cada leyenda hecha contra Constantino.

He aqui la Conclusion del Profesor Shogren: "¿Quién era Constantino y cuál era su fe? La controversia continuará, pero una evaluación justa es que él creía ser un cristiano, aunque durante algunos años él también continuó con ciertas prácticas paganas. Su experiencia en el Puente Milvio fue genuina, aunque más adelante probablemente mitologizada y también convertida en un momento de conversión instantáneo. Él usó el conocido símbolo cristiano Chi-Rho, pero no lo inventó. Sus acciones como el “Primer Emperador Cristiano” fueron una mezcla de abuso de poder y el creciente uso de su poder para ayudar a la iglesia. Él declaró al cristianismo y otras religiones como legales, invitó a muchos cristianos a su gobierno, e hizo la vida más difícil para los paganos. Él dio a los líderes cristianos y judíos privilegios similares. Él intervino en algunas disputas teológicas, principalmente para empujar a los líderes de la iglesia a actuar en armonía. Especialmente, él presidió sobre el Concilio Niceno en 325 d. C., y presionó por la unidad, pero no inventó las doctrinas de la deidad de Cristo o la Trinidad. Ni él ni Nicea consideraron alguna vez el tema del canon de la Biblia. Constantino no tuvo nada que ver con cualquier supuesta revisión del Nuevo Testamento griego. Él no forzó la fe cristiana sobre todos, pero él ciertamente hizo más fácil que las personas se convirtieran. Él vinculó la costumbre sostenida por mucho tiempo del culto cristiano en Domingo con el concepto de descanso del trabajo, y ayudó a afirmar las fechas de Navidad y Pascua de acuerdo con la práctica ya de largo tiempo en la iglesia.


Este es Constantino en la medida en que la historia lo permite. Él puso en movimiento la cristianización del imperio y siglos de la versión oficialmente reconocida de la fe. Pero la fe cristiana, ya sea Católica, Ortodoxa, o Protestante, no puede ser considerada como su creación."





lunes, 10 de septiembre de 2018

EL CONCILIO DE NICEA, EL PRIMER CONCILIO ECUMÉNICO DE LA CRISTIANDAD


QUIÉN LO CONVOCÓ: Constantino I el Grande

CUÁNDO FUE CONVOCADO: 20/05/325

CUÁNDO FINALIZÓ: 25/07/325

PORQUE FUE CONVOCADO:

El emperador Constantino I apoyaba al cristianismo (aunque era, y seguiría siendo hasta el día de su muerte, pagano, se convirtió en cristiano arriano antes de fallecer) y por eso les había dado libertad para reunirse y practicar su culto sin persecuciones. Constantino sabía de las divisiones y las constantes luchas hasta callejeras, con heridos y muertos entre arrianos y no arrianos, que existían en el seno del cristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de Osio de Córdoba, convocó a un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, con el propósito de establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana. Constantino no quería otra guerra civil en el imperio romano. Tenía en mente más la unidad y la paz del Imperio que las cuestiones teológicas. La mayoría de los miembros del concilio eran obispos orientales, con sólo unos siete representantes de Occidente. Las decisiones del concilio fueron tanto doctrinales como canónicas de suma importancia para la cristiandad.

OBJETIVOS

El objetivo era hacer que los obispos aceptaran como acuerdo que se creía en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el unigénito del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho, en el cielo y en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos y volverá para juzgar a vivos y a muertos. Y en el Espíritu Santo.

También trataron temas como la controversia sobre la celebración de la Pascua y el cisma de Melecio. El primero de ambos se encuentra tratado como Controversia Pascual; el segundo, como Melecio de Licópolis.

Dado que carecemos de las actas del concilio, no podemos estar seguros de su desarrollo. Doctrinalmente, la cuestión más importante era el arrianismo. Arrio había sido condenado ya por su obispo, Alejandro de Alejandría (ca. 230), por su afirmación de que el Hijo era una creatura (ktisma o poiéma).  Eusebio de Cesarea presentó un credo de su Iglesia, probablemente un credo bautismal de Jerusalén, que pudo servir de base para el credo adoptado por el concilio. Se añadieron cuatro frases clave con el fin de excluir los principios arrianos. 

Se decía del Hijo que era de la misma esencial-sustancia que el Padre (ek tés ousias tou patros),  Dios verdadero de Dios verdadero (theon aléthinon ek theou aléthinou),  engendrado, no creado (gennéthenta ou poiéthenta),  consustancial con el Padre (homoousion tó patri).  Esta última frase era la negación más clara de la postura arriana; el Hijo participaba del ser mismo del Padre. Pero la palabra sería más tarde controvertida: podía entenderse en un sentido material; podía tener un significado modalista; algunos sostenían que había sido condenada en Pablo de Samosata; no era bíblica. Pero dada la significación que los arrianos daban a la Escritura, las declaraciones doctrinales no podían limitarse al lenguaje bíblico.

Junto a su profesión de fe, el concilio promulgó una serie de anatemas contra diversas posiciones: «Los que dicen: hubo un tiempo en que no existió, y: antes de ser engendrado, no existió, y: fue hecho de la nada o de otra hipóstasis o naturaleza,  pretendiendo que el Hijo de Dios es creado o sujeto de cambio y alteración».


ACTITUD DE CONSTANTINO DURANTE EL CONCILIO DE NICEA

Constantino I o Constantino el Grande como era también conocido actuó como un mediador y un impulsador del concilio de Nicea, no se inmiscuyo en las cuestiones teológicas, sirvió de garante de lo que se dijera allí fuera aceptado por todos.

RESOLUCIONES:

Los acuerdos que se tomaron durante el concilio de Nicea fueron llamados cánones y son los siguientes:

Canon 1: sobre la admisión, apoyo o la expulsión de clérigos castrados por elección o por violencia (prohibición de la auto castración).
Canon 2: reglas que deben observarse para la ordenación de catecúmenos conversos evitando la prisa excesiva, y la deposición de los culpables de una falta grave.
Canon 3: prohibición a los miembros del clero de vivir con cualquier mujer, excepto una madre, hermana o tía.
Canon 4: la ordenación de un obispo debe realizarse por todos los obispos de la provincia, pero en caso de urgencia por al menos tres obispos.
Canon 5: respecto a la excomunión.
Canon 6: prevalecen las antiguas costumbres de la jurisdicción del obispo de Alejandría en Egipto, Libia, Pentápolis y Roma, el de Antioquía y demás provincias. No se deben nombrar obispos sin el consentimiento del metropolitano.
Canon 7: confirmación del derecho de los obispos de Jerusalén a disfrutar de ciertos honores.
Canon 8: respecto a la readmisión de novacianos.
Canon 9: el que sea ordenado sin examen, será depuesto si se descubre culpable.
Canon 10: los lapsis que han sido ordenados a sabiendas deben ser excluidos cuando se conozca su irregularidad.
Canon 11: penitencia a imponer a los apóstatas de la persecución de Licinio.
Canon 12: penitencia que se imputará a los que apoyaron a Licinio en su guerra contra los cristianos.
Canon 13: indulgencia a otorgar a las personas excomulgadas en peligro de muerte.
Canon 14: penitencia a los catecúmenos que apostataron bajo persecución.
Canon 15: los obispos, sacerdotes y diáconos no van de una Iglesia a otra y deben ser restituidos si lo intentan.
Canon 16: a los clérigos se les prohíbe salir de su iglesia. Prohibición formal para los obispos de ordenar para su diócesis a un clérigo perteneciente a otra diócesis.
Canon 17: a los clérigos se les prohíbe prestar a interés.
Canon 18: recuerda a los diáconos su posición subordinada con respecto a los sacerdotes. No administrarán la Eucaristía a presbíteros, ni la tocarán delante de ellos, ni se sentarán entre los presbíteros.
Canon 19: los paulinitas deben ser rebautizados y las diaconisas contadas entre los laicos.
Canon 20: los domingos y en Pentecostés todos deben orar de pie y no arrodillados.

CONSECUENCIAS:

Algunas de las consecuencias del concilio de Nicea son:

Se pronunció el fallo en contra de los arrianos por lo que fueron desterrados a Iliria y excomulgados.

Se realizó un acuerdo sobre cuándo celebrar la Pascua, que era la fiesta más importante del calendario eclesiástico. Y se determinó seguir la usanza judía, de la determinación de la fiesta.

Se decidió la supresión del cisma meleciano y se decidió que Melecio de Licópolis permaneciera en su propia ciudad de Licópolis en Egipto, pero que no ejerciera ninguna autoridad para ordenar nuevo clero. Se le prohibió entrar a la ciudad o en otra diócesis a ordenar.

Los melecianos se unieron a los arrianos provocando más disensiones hasta que finalmente se extinguieron a mediados del siglo V.

Se organizó la Iglesia en patriarcados y diócesis, dándoles el mismo rango a las sedes patriarcales de Roma, Alejandría, Antioquía y Jerusalén, cuyos titulares recibieron el nombre de arzobispos. (OJO NO SE INSTAURO EL PAPADO) los mismos arzobispos tenían el mismo rango, y solo la edad era el que entre ellos tenía mejor rango.

EL CREDO DE NICEA LA MÁS IMPORTANTE CONFESIÓN DE FE:

Muchos “teólogos titulados” e historiadores enseñan la falsedad de que el famoso Concilio de Nicea, del año 325 D.C, fue un Concilio trinitario, y que el Credo resultante de ese Concilio, el Credo de Nicea, enseña la doctrina de la Trinidad. En este apartado veremos la falsedad de esa enseñanza.
El Concilio de Nicea estableció la doctrina bíblica de la DIVINIDAD DEL MESÍAS, ¡pero no la doctrina de la Trinidad!

"Creemos en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesús el Mesías, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo; por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la virgen, y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede  del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén."

Este Credo de Nicea fue deformado y pervertido mucho tiempo después, pues le añadieron otras frases inventadas por los falsos teólogos, y a ese Credo se le conoce como el "Credo de Atanasio", el cual sí que es un Credo trinitario, muy diferente al Credo de los Apóstoles y al Credo de Nicea. Esto trajo como consecuencia el “Gran Cisma de Oriente” en el año 1054, por esas añadiduras. Ya estaba en su apogeo el papado y el catolicismo romano…

Los catolicos dicen que todos los obispos de Nicea eran trinitarios, pero eso es una estupidez mayúscula, y una falsedad. Ya he demostrado que el Credo de Nicea NO ES TRINITARIO, no aparece en dicho Credo la doctrina de la trinidad por ninguna parte. (y ojo yo creo en la Trinidad, pero en este Concilio, la verdad es que no está reflejado en ninguna parte.)

Esos obispos que aceptaron el Credo del Concilio de Nicea lo que aceptaron es la doctrina bíblica de LA DIVINIDAD DEL MESÍAS, ¡pero no la doctrina de la trinidad!, es decir, lo que ellos aceptaron es que el Mesías jamás fue creado, sino que él es Dios verdadero procedente del Dios verdadero, tal como está plasmado en ese hermoso Credo Niceno.

Que dentro de esos obispos de Nicea había algunos obispos y teólogos trinitarios, ¡por supuesto que los había!, pero NO QUEDÓ REFLEJADA EN EL CREDO NICENO, ¿por qué?, ¡por la sencilla razón de que la mayoría de los obispos de Nicea NO ERAN TRINITARIOS!, pues si todos ellos, o la mayoría, hubieran sido trinitarios, entonces el dogma trinitario aparecería bien clarito en el Credo Niceno.

Lo que quedó reflejado en el Credo de Nicea -repito- fue la doctrina de la divinidad y eternidad del Verbo de Dios, que era lo que negaban los herejes liderados por Arrio, y por eso es que en el Credo Niceno no hay ni una sola palabra donde se diga que Dios es trino, o que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean un solo Dios. Nadie puede decir, a menos que mienta, que el Concilio de Nicea era trinitario, o que el Credo de Nicea es un Credo trinitario.

“Sola scriptura”: la única fuente de autoridad para la doctrina está en la Biblia. En el Concilio de Nicea se estableció el Canon Bíblico actual.
“Sola fidei”: Solo mediante la fe en Cristo el hombre recibe la salvación gratuita.
“Sola gratia”: el hombre recibe la salvación de parte de Dios de forma gratuita. El hombre no puede merecer o adquirir la salvación por sus propios medios.
“Solus Cristus”: el único mediador o intercesor entre Dios y los hombres es Cristo: no aceptan la intercesión de los santos.
“Soli Deo gloria”: solamente a Dios se puede dar gloria, adoración y veneración.

BIBLIOGRAFIA:


Diccionario de Eclesiología Autor(es): Christopher O´Donell - Salvador Pié-Ninot.
Diccionario Teológico Enciclopédico Autor(es):Pacomio, Luciano.
Gabriela Briceño V. En su magnífica disertación sobre Nicea en la página web  https://www.euston96.com/concilio-de-nicea/