lunes, 4 de noviembre de 2019

INTERPRETACIÓN DE LA PARÁBOLA DE LUCAS 13:6-9 (comentario bíblico Beacon).


INTERPRETACIÓN DE LA PARÁBOLA DE LUCAS 13:6-9 (comentario bíblico Beacon).

Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”.
(Luc 13:6-9 RV1960).









Veamos el Comentario Beacon y su maravillosa explicación:

Tenía un hombre una higuera plantada en su viña (Luc_13:6). Era la costumbre en la antigua Palestina, y también en nuestros días, que la gente plantara higueras y otros árboles en sus viñas. [[Véase Geldenhuys, Op. cit., p. 372; también Spence, Op. cit., II, 2.]] Era una manera de utilizar cada porción de tierra disponible. La higuera aquí como en otras partes en el simbolismo bíblico, se refiere a Israel”.

(Comentario personal: ver ejemplos de la higuera y su similitud con Israel en Os 9,10; Miq 7,1; Jer 8,13. La higuera, junto con la parra y el olivo son los tres árboles más celebrados en la Biblia. La higuera, que solía plantarse en las viñas, se da muy fácilmente; es muy extraño que una higuera no dé higos; a una higuera así, Jesús la maldijo, y se "secó instantáneamente" (Mt 21,19; Mc 11,13).

“El orgullo racial y nacionalista de los judíos no les permitía pensar en nada menos que eran el pueblo elegido por Dios; la única nación que pertenecía directamente al dominio de Dios. Por lo tanto, el empleo de higuera en la viña para representar a Israel es sumamente interesante. Esta figura parece representar a los judíos como ocupando solamente un rincón de la gran viña de Dios en el mundo”.

Y vino a buscar fruto en ella y no lo halló. Aunque la higuera estaba en un viñedo, tenía un solo propósito: llevar fruto; e Israel tenía una única razón para ocupar el primer lugar o cualquier puesto: era cumplir con la misión encomendada por Dios. Puesto que la higuera era estéril, no tenía derecho de existir; y como Israel se había negado a cumplir con la misión divinamente señalada, no tenía derecho a subsistir.

Y dijo al viñador (Luc_13:7). El propietario de la viña en la parábola representa a Dios el Padre; el viñador, a Cristo o al Espíritu Santo. El viñador es el hombre que se ocupa de podar los viñedos y cuidarlos.

He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala. Algunos han procurado dar a “tres” un significado en este lugar, algún significado especialmente espiritual o místico. En relación con (1) la ley, (2) los profetas, o (3) Cristo. Otros encuentran una alusión a los tres años del ministerio de Cristo. Parece mucho más prudente no tratar de dar esos sentidos forzados. El número es simplemente un detalle literal en una parábola y significa la amplia oportunidad dada al árbol para llevar fruto. De modo que se dio la orden de derribarla.

¿Para qué inutiliza también la tierra? Literalmente, “¿Por qué hacer que la tierra no rinda?” Para el dueño de la viña, el caso era sencillo: Tenía que producir fruto. Al no darlo, si se dejaba, desperdiciaba buena tierra.

El dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone (Luc_13:8). El viñador está pidiendo misericordia para la higuera, pero no por razones sentimentales. Un árbol que no producía era tan inútil para él como para el dueño de la viña. El está pidiendo una prórroga, con la esperanza de que más cultivo y fertilizante estimularían su producción de fruto.

Bajo el velo de esta parábola, Jesús está expresando su voluntad de invertir labor adicional en Israel con el fin de estimular su fruto—restaurar a su pueblo a su antiguo lugar de pueblo especial de Dios—y poder evitarle la catástrofe que de otra manera iba a ser inevitable.

Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después (Luc_13:9). El éxito bien valía el esfuerzo, pero era su última vez. Todos sabemos que Israel no aprovechó esta última oportunidad y que la predicción del Maestro de una catástrofe nacional fue gráficamente cumplida.

Aunque esta parábola estaba especialmente dirigida a los judíos como raza y como nación, es una solemne amonestación que a todos nos conviene considerar seriamente. O el camino de Dios, o ninguno. Debemos cumplir con el lugar que Dios nos ha ordenado o perder el derecho a cualquier lugar. Esto, como se ha demostrado en los pasajes previos, exige arrepentimiento y la salvación que sólo Cristo puede dar.

Matthew Henry trata esta parábola bajo tres encabezados: (1) Ventajas que tenía la higuera—plantada en su viña (el mejor terreno); (2) Lo que su dueño esperaba de ella—vino a buscar fruto en ella; (3) El desengaño de su expectativa—y no lo halló.

Comentario personal: pienso que esta parábola, corta en relación con otras más extensas, es una de las mas profundas y ricas en contenido que se tengan de nuestro Señor Jesucristo. Tiene dos implicaciones; para las naciones (caso de Israel) y para almas (individualmente). Nos anima a despertar a todos los que disfrutan los medios de gracia, y los privilegios de la iglesia visible. Cuando Dios haya soportado por mucho tiempo, podemos esperar que nos tolere un poco más, pero no podemos tener la esperanza de que siempre soportará. La perdición final de los tales que se hallen sin fruto, después de los límites de una paciencia razonable, será preeminente y confesadamente justa. (Pro_1:24-31; Eze_24:13).

Edwing Piñango 03/11/2019 Caracas, Venezuela.