lunes, 10 de septiembre de 2018

EL CONCILIO DE NICEA, EL PRIMER CONCILIO ECUMÉNICO DE LA CRISTIANDAD


QUIÉN LO CONVOCÓ: Constantino I el Grande

CUÁNDO FUE CONVOCADO: 20/05/325

CUÁNDO FINALIZÓ: 25/07/325

PORQUE FUE CONVOCADO:

El emperador Constantino I apoyaba al cristianismo (aunque era, y seguiría siendo hasta el día de su muerte, pagano, se convirtió en cristiano arriano antes de fallecer) y por eso les había dado libertad para reunirse y practicar su culto sin persecuciones. Constantino sabía de las divisiones y las constantes luchas hasta callejeras, con heridos y muertos entre arrianos y no arrianos, que existían en el seno del cristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de Osio de Córdoba, convocó a un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, con el propósito de establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana. Constantino no quería otra guerra civil en el imperio romano. Tenía en mente más la unidad y la paz del Imperio que las cuestiones teológicas. La mayoría de los miembros del concilio eran obispos orientales, con sólo unos siete representantes de Occidente. Las decisiones del concilio fueron tanto doctrinales como canónicas de suma importancia para la cristiandad.

OBJETIVOS

El objetivo era hacer que los obispos aceptaran como acuerdo que se creía en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el unigénito del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho, en el cielo y en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos y volverá para juzgar a vivos y a muertos. Y en el Espíritu Santo.

También trataron temas como la controversia sobre la celebración de la Pascua y el cisma de Melecio. El primero de ambos se encuentra tratado como Controversia Pascual; el segundo, como Melecio de Licópolis.

Dado que carecemos de las actas del concilio, no podemos estar seguros de su desarrollo. Doctrinalmente, la cuestión más importante era el arrianismo. Arrio había sido condenado ya por su obispo, Alejandro de Alejandría (ca. 230), por su afirmación de que el Hijo era una creatura (ktisma o poiéma).  Eusebio de Cesarea presentó un credo de su Iglesia, probablemente un credo bautismal de Jerusalén, que pudo servir de base para el credo adoptado por el concilio. Se añadieron cuatro frases clave con el fin de excluir los principios arrianos. 

Se decía del Hijo que era de la misma esencial-sustancia que el Padre (ek tés ousias tou patros),  Dios verdadero de Dios verdadero (theon aléthinon ek theou aléthinou),  engendrado, no creado (gennéthenta ou poiéthenta),  consustancial con el Padre (homoousion tó patri).  Esta última frase era la negación más clara de la postura arriana; el Hijo participaba del ser mismo del Padre. Pero la palabra sería más tarde controvertida: podía entenderse en un sentido material; podía tener un significado modalista; algunos sostenían que había sido condenada en Pablo de Samosata; no era bíblica. Pero dada la significación que los arrianos daban a la Escritura, las declaraciones doctrinales no podían limitarse al lenguaje bíblico.

Junto a su profesión de fe, el concilio promulgó una serie de anatemas contra diversas posiciones: «Los que dicen: hubo un tiempo en que no existió, y: antes de ser engendrado, no existió, y: fue hecho de la nada o de otra hipóstasis o naturaleza,  pretendiendo que el Hijo de Dios es creado o sujeto de cambio y alteración».


ACTITUD DE CONSTANTINO DURANTE EL CONCILIO DE NICEA

Constantino I o Constantino el Grande como era también conocido actuó como un mediador y un impulsador del concilio de Nicea, no se inmiscuyo en las cuestiones teológicas, sirvió de garante de lo que se dijera allí fuera aceptado por todos.

RESOLUCIONES:

Los acuerdos que se tomaron durante el concilio de Nicea fueron llamados cánones y son los siguientes:

Canon 1: sobre la admisión, apoyo o la expulsión de clérigos castrados por elección o por violencia (prohibición de la auto castración).
Canon 2: reglas que deben observarse para la ordenación de catecúmenos conversos evitando la prisa excesiva, y la deposición de los culpables de una falta grave.
Canon 3: prohibición a los miembros del clero de vivir con cualquier mujer, excepto una madre, hermana o tía.
Canon 4: la ordenación de un obispo debe realizarse por todos los obispos de la provincia, pero en caso de urgencia por al menos tres obispos.
Canon 5: respecto a la excomunión.
Canon 6: prevalecen las antiguas costumbres de la jurisdicción del obispo de Alejandría en Egipto, Libia, Pentápolis y Roma, el de Antioquía y demás provincias. No se deben nombrar obispos sin el consentimiento del metropolitano.
Canon 7: confirmación del derecho de los obispos de Jerusalén a disfrutar de ciertos honores.
Canon 8: respecto a la readmisión de novacianos.
Canon 9: el que sea ordenado sin examen, será depuesto si se descubre culpable.
Canon 10: los lapsis que han sido ordenados a sabiendas deben ser excluidos cuando se conozca su irregularidad.
Canon 11: penitencia a imponer a los apóstatas de la persecución de Licinio.
Canon 12: penitencia que se imputará a los que apoyaron a Licinio en su guerra contra los cristianos.
Canon 13: indulgencia a otorgar a las personas excomulgadas en peligro de muerte.
Canon 14: penitencia a los catecúmenos que apostataron bajo persecución.
Canon 15: los obispos, sacerdotes y diáconos no van de una Iglesia a otra y deben ser restituidos si lo intentan.
Canon 16: a los clérigos se les prohíbe salir de su iglesia. Prohibición formal para los obispos de ordenar para su diócesis a un clérigo perteneciente a otra diócesis.
Canon 17: a los clérigos se les prohíbe prestar a interés.
Canon 18: recuerda a los diáconos su posición subordinada con respecto a los sacerdotes. No administrarán la Eucaristía a presbíteros, ni la tocarán delante de ellos, ni se sentarán entre los presbíteros.
Canon 19: los paulinitas deben ser rebautizados y las diaconisas contadas entre los laicos.
Canon 20: los domingos y en Pentecostés todos deben orar de pie y no arrodillados.

CONSECUENCIAS:

Algunas de las consecuencias del concilio de Nicea son:

Se pronunció el fallo en contra de los arrianos por lo que fueron desterrados a Iliria y excomulgados.

Se realizó un acuerdo sobre cuándo celebrar la Pascua, que era la fiesta más importante del calendario eclesiástico. Y se determinó seguir la usanza judía, de la determinación de la fiesta.

Se decidió la supresión del cisma meleciano y se decidió que Melecio de Licópolis permaneciera en su propia ciudad de Licópolis en Egipto, pero que no ejerciera ninguna autoridad para ordenar nuevo clero. Se le prohibió entrar a la ciudad o en otra diócesis a ordenar.

Los melecianos se unieron a los arrianos provocando más disensiones hasta que finalmente se extinguieron a mediados del siglo V.

Se organizó la Iglesia en patriarcados y diócesis, dándoles el mismo rango a las sedes patriarcales de Roma, Alejandría, Antioquía y Jerusalén, cuyos titulares recibieron el nombre de arzobispos. (OJO NO SE INSTAURO EL PAPADO) los mismos arzobispos tenían el mismo rango, y solo la edad era el que entre ellos tenía mejor rango.

EL CREDO DE NICEA LA MÁS IMPORTANTE CONFESIÓN DE FE:

Muchos “teólogos titulados” e historiadores enseñan la falsedad de que el famoso Concilio de Nicea, del año 325 D.C, fue un Concilio trinitario, y que el Credo resultante de ese Concilio, el Credo de Nicea, enseña la doctrina de la Trinidad. En este apartado veremos la falsedad de esa enseñanza.
El Concilio de Nicea estableció la doctrina bíblica de la DIVINIDAD DEL MESÍAS, ¡pero no la doctrina de la Trinidad!

"Creemos en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesús el Mesías, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo; por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la virgen, y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede  del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén."

Este Credo de Nicea fue deformado y pervertido mucho tiempo después, pues le añadieron otras frases inventadas por los falsos teólogos, y a ese Credo se le conoce como el "Credo de Atanasio", el cual sí que es un Credo trinitario, muy diferente al Credo de los Apóstoles y al Credo de Nicea. Esto trajo como consecuencia el “Gran Cisma de Oriente” en el año 1054, por esas añadiduras. Ya estaba en su apogeo el papado y el catolicismo romano…

Los catolicos dicen que todos los obispos de Nicea eran trinitarios, pero eso es una estupidez mayúscula, y una falsedad. Ya he demostrado que el Credo de Nicea NO ES TRINITARIO, no aparece en dicho Credo la doctrina de la trinidad por ninguna parte. (y ojo yo creo en la Trinidad, pero en este Concilio, la verdad es que no está reflejado en ninguna parte.)

Esos obispos que aceptaron el Credo del Concilio de Nicea lo que aceptaron es la doctrina bíblica de LA DIVINIDAD DEL MESÍAS, ¡pero no la doctrina de la trinidad!, es decir, lo que ellos aceptaron es que el Mesías jamás fue creado, sino que él es Dios verdadero procedente del Dios verdadero, tal como está plasmado en ese hermoso Credo Niceno.

Que dentro de esos obispos de Nicea había algunos obispos y teólogos trinitarios, ¡por supuesto que los había!, pero NO QUEDÓ REFLEJADA EN EL CREDO NICENO, ¿por qué?, ¡por la sencilla razón de que la mayoría de los obispos de Nicea NO ERAN TRINITARIOS!, pues si todos ellos, o la mayoría, hubieran sido trinitarios, entonces el dogma trinitario aparecería bien clarito en el Credo Niceno.

Lo que quedó reflejado en el Credo de Nicea -repito- fue la doctrina de la divinidad y eternidad del Verbo de Dios, que era lo que negaban los herejes liderados por Arrio, y por eso es que en el Credo Niceno no hay ni una sola palabra donde se diga que Dios es trino, o que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean un solo Dios. Nadie puede decir, a menos que mienta, que el Concilio de Nicea era trinitario, o que el Credo de Nicea es un Credo trinitario.

“Sola scriptura”: la única fuente de autoridad para la doctrina está en la Biblia. En el Concilio de Nicea se estableció el Canon Bíblico actual.
“Sola fidei”: Solo mediante la fe en Cristo el hombre recibe la salvación gratuita.
“Sola gratia”: el hombre recibe la salvación de parte de Dios de forma gratuita. El hombre no puede merecer o adquirir la salvación por sus propios medios.
“Solus Cristus”: el único mediador o intercesor entre Dios y los hombres es Cristo: no aceptan la intercesión de los santos.
“Soli Deo gloria”: solamente a Dios se puede dar gloria, adoración y veneración.

BIBLIOGRAFIA:


Diccionario de Eclesiología Autor(es): Christopher O´Donell - Salvador Pié-Ninot.
Diccionario Teológico Enciclopédico Autor(es):Pacomio, Luciano.
Gabriela Briceño V. En su magnífica disertación sobre Nicea en la página web  https://www.euston96.com/concilio-de-nicea/

jueves, 6 de septiembre de 2018

LOS OFICIOS DE CRISTO (SEGUNDA PARTE) EL OFICIO DE SACERDOTE


En el Antiguo Testamento, los sacerdotes eran nombrados por Dios para ofrecer sacrificios. También ofrecían oraciones y alabanzas a Dios en nombre del pueblo.

Mediante su ministerio «santificaban» al pueblo o le hacían aceptable para acercarse a la presencia de Dios, si bien es cierto que de una forma limitada en el período del Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento Jesús se convirtió en nuestro sumo sacerdote. Este tema lo encontramos ampliamente desarrollado en la carta a los Hebreos, donde encontramos a Jesús funcionando como sacerdote en dos maneras.

1. Jesús ofreció un sacrificio perfecto por el pecado. El sacrificio que Jesús ofreció por los pecados no fue la sangre de los animales como los toros o machos cabríos: «Ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados» (Heb 10:4). En su lugar, Jesús se ofreció a sí mismo en sacrificio: «Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo.

Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo» (Heb 9:26). Fue un sacrificio completo y definitivo, que nunca habrá que repetirse, tema en el que con frecuencia se hace hincapié en el libro de Hebreos (vea 7:27; 9:12, 24-28; 10:1-2,10,12,14; 13:12). Por tanto, Jesús cumplió todas las expectativas que fueron prefiguradas, no solo por los sacrificios del Antiguo Testamento, sino también por medio de la vida y acciones de los sacerdotes que los ofrecían: él fue a la vez el sacrificio y el sacerdote que ofrecía el sacrificio. Jesús es ahora el «gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos» (Heb 4:14) y el que se ha presentado «ante Dios en favor nuestro» (Heb 9:24), puesto que él ha ofrecido un sacrificio que acaba para siempre con la necesidad de otros sacrificios.

2. Jesús continuamente nos lleva cerca de Dios. Los sacerdotes del Antiguo Testamento no solo ofrecían sacrificios, sino que también en una forma representativa entraban a la presencia de Dios en fechas determinadas a favor del pueblo. Pero jesús hace mucho más que eso. Como nuestro perfecto sumo sacerdote, nos lleva continuamente a la presencia de Dios de forma que ya no tenemos necesidad de un templo como el de Jerusalén, ni de un sacerdocio especial que esté entre Dios y nosotros. Y jesús no entra a la parte interior (el lugar santísimo) de un templo terrenal En Jerusalén, sino que ha ido a lo que es equivalente al lugar santísimo en el cielo, a la misma presencia de Dios en el cielo (Heb 9:24). Por tanto, tenemos la esperanza que le seguiremos allí: «Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre» (Heb 6:19-20). Esto quiere decir que tenemos un privilegio mucho más grande que el que tuvieron los creyentes que vivieron en los tiempos del templo del Antiguo Testamento. Ellos ni siquiera podían entrar al primer cuarto en el templo, el lugar santo, porque solo los sacerdotes podían entrar allí. y solo el sumo sacerdote podía entrar al cuarto más interior del templo, es decir, al lugar santísimo, y solo podía hacerlo una vez al año (Heb 9:1-7). Cuando Jesús ofreció un sacrificio perfecto por los pecados, la cortina o velo del templo que cerraba el lugar santísimo se rasgó de arriba abajo (Luc 23:45), indicando de esa forma simbólica en la tierra que el camino de acceso a Dios en el cielo había quedado abierto mediante la muerte de Jesús el Cristo. Por tanto, el autor de Hebreos puede exhortar de esta manera tan asombrosa a todos los creyentes:

Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios. Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe. (Heb 10:19-22)

Jesús abrió para nosotros el camino de acceso a Dios de manera que podamos continuamente acercamos a la misma presencia de Dios sin temor, con «plena libertad» y con la «plena seguridad que da la fe».

3. Como sumo sacerdote, Jesús ora continuamente por nosotros. Otra de las funciones sacerdotales en el Antiguo Testamento era la de orar a favor del pueblo. El autor de Hebreos nos dice que Jesús también cumple con esta función: «Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos» (Heb 7:25). Pablo afirma lo mismo cuando dice que Cristo Jesús «está a la derecha de Dios e intercede por nosotros» (Ro 8:34).
Algunos han argumentado que esta actividad de intercesión como sumo sacerdote es solo el acto de permanecer en la presencia del Padre como un recordatorio continuo de que él ya ha pagado el castigo por todos nuestros pecados. Según este punto de vista, Jesús no hace en realidad oraciones específicas a Dios el Padre sobre necesidades individuales en nuestra vida, y que «intercede» solo en el sentido de permanecer en la presencia de Dios como nuestro sumo sacerdote que nos representa.
Sin embargo, este punto de vista no parece coincidir con el vocabulario que se usa en Romanos 8:34 y Hebreos 7:25. En ambos casos, la palabra intercede traduce el término griego entygcano. La palabra no parece indicar simplemente «estar ante alguien representando a otra persona», sino que tiene claramente el sentido de hacer peticiones o solicitudes específicas delante de alguien. Por ejemplo, Festo usa la palabra para decirle a Agripa: «Aquí tienen a este hombre. Todo el pueblo judío me ha presentado una demanda contra él» (Hch 25:24). Pablo también la usa en cuanto a Elías cuando «acusó a Israel delante de Dios» (Ro 11 :2). En ambos casos las peticiones son muy específicas, no solo representaciones generales.

Podemos concluir, entonces, que tanto Pablo como el autor de Hebreos están diciendo que Jesús vive continuamente en la presencia de Dios para hacer peticiones específicas y para llevar a Dios peticiones específicas a nuestro favor. Esta es una función de Jesús, como Dios-hombre, para la que está singularmente calificado.

Aunque Dios se cuida de todas nuestras necesidades en respuesta a su observación directa (Mt 6:8), no obstante, a Dios le ha placido en sus relaciones con la raza humana, actuar más bien en respuesta a la oración, porque, al parecer, él es glorificado mediante la fe que se muestra por medio de la oración. Son especialmente agradables para él las oraciones de hombres y mujeres creados a su imagen y semejanza.

En Cristo, a un hombre verdadero y perfecto, que ora por nosotros y de ese modo Dios es glorificado continuamente mediante la oración. Así nuestra condición humana se eleva a una posición exaltada: «Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 T. 2:5).
Pero solo en su naturaleza humana Jesús no podía ser, por supuesto, un sumo sacerdote así para todo su pueblo en todo el mundo. Él no podía oír las oraciones de personas que estaban lejos, no podía escuchar las oraciones que eran solo dichas en la mente de las personas. Él no podía oír todas las peticiones simultáneamente (porque en el mundo en cualquier momento determinado hay millones de personas que están orando a Jesús). Por tanto, a fin de ser el sumo sacerdote perfecto que intercede por nosotros, él tiene que ser Dios además de hombre. Él tiene que ser uno que en su naturaleza divina puede conocer todas las cosas y llevarlas a la vez a la presencia del Padre. Con todo, debido a que se hizo hombre y continúa siendo un hombre, tiene el derecho de representarnos ante Dios y puede expresar su petición desde la perspectiva del sumo sacerdote compasivo que conoce por experiencia lo que nosotros estamos pasando.

Por tanto, Jesús es la única persona en todo el universo que puede por toda la eternidad ser un sumo sacerdote celestial que es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, exaltado para siempre sobre los cielos.

El pensamiento de que Jesús está continuamente orando a nuestro favor debe darnos gran aliento. Él siempre ora por nosotros conforme a la voluntad del Padre, de manera que podamos saber que sus peticiones son concedidas. Berkhof dice:

“Es un pensamiento consolador saber que Cristo está orando por nosotros, incluso cuando somos negligentes en nuestra vida de oración; que está presentando al Padre aquellas necesidades espirituales que no estaban presentes en nuestra mente y que a menudo olvidamos incluir en nuestras oraciones; y que ora por nuestra protección en contra de peligros de los que no estamos conscientes, y en contra de enemigos que nos amenazan, aun cuando nosotros no nos demos cuenta. Está orando que nuestra fe no cese y que salgamos al final vencedores.”


LOS OFICIOS DE CRISTO (PRIMERA PARTE) EL OFICIO DE PROFETA


Había tres oficios principales en el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento: El de profeta (como Natán, 2 Sam 7:2); el de sacerdote (como Abiatar, 1 Sam 30:7), y el de rey (como el rey David, 2 Sam 5:3). Estos tres oficios eran distintos. El profeta comunicaba el mensaje del Dios al pueblo; el sacerdote ofrecía los sacrificios, las oraciones y alabanzas a Dios en nombre del pueblo; el rey gobernaba al pueblo como representante de Dios. Estos tres oficios anticipaban la obra de Cristo en maneras diferentes. Por tanto, ahora podemos examinar de nuevo la obra de Cristo pensando en el significado de estos tres oficios o categorías.' Cristo cumplió estos tres oficios en las siguientes formas: Como profeta nos revela a Dios y da a conocer las palabras de Dios; como sacerdote ofrece un sacrificio a Dios a nuestro favor y él mismo es el sacrificio; y como rey él gobierna sobre la iglesia y también sobre el universo. Vayamos ahora al estudio de cada uno de ellos en detalle.

Cristo como profeta

Los profetas del Antiguo Testamento le comunicaban al pueblo las palabras de Dios. Moisés fue el primer gran profeta, y escribió los primeros cinco libros de la Biblia, el Pentateuco. Después de Moisés hubo una sucesión de otros profetas que hablaron y escribieron las palabras de Dios. Pero Moisés predijo que en el futuro vendría otro profeta como él.

El Señor tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás. Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios.. ,. y me dijo el Señor: .,. «Levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande». (Dt 18:15-18)

Sin embargo, cuando estudiamos los evangelios vemos que a Jesús no se le ve primariamente como profeta ni como el profeta como Moisés, aunque hay referencias ocasionales a este efecto. Con frecuencia los que llaman a Jesús un «profeta» conocen muy poco acerca de él. Por ejemplo, varias opiniones estaban circulando acerca de Jesús: «Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas» (Mt 16: 14; cf. Lc 9:8). Cuando Jesús resucitó al hijo de la viuda de Naín, las personas estaban atemorizadas y dijeron: «Ha surgido entre nosotros un gran profeta» (Lc 7: 16). Cuando Jesús le habló a la mujer samaritana junto al pozo algo acerca de su vida pasada, la mujer inmediatamente respondió: «Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta» Juan 4: 19). Pero en ese momento ella no conocía mucho acerca de él. La reacción del hombre que había nacido ciego cuando lo sanó en el templo fue similar: «Yo digo que es profeta» Juan 9:17; notemos que su creencia en Jesús como Mesías y divino no viene hasta los versículos 37-38, después de la subsiguiente conversación con Jesús). Por tanto, «profeta» no es una designación primaria de Jesús ni una que se use con frecuencia acerca de él.

De todos modos, había la expectativa de que el profeta semejante a Moisés vendría (Dt 18:15,18). Por ejemplo, después que Jesús multiplicó los panes y los peces, algunas personas exclamaron: «En verdad éste es el profeta, el que ha de venir al mundo» Juan 6: 14; y. 7:40). Pedro también identificó a Cristo como el profeta que Moisés predijo (vea Hechos 3:22-24, citando Dt 18:15). Así que Jesús es el profeta que Moisés predijo.

Sin embargo, es significativo que en las epístolas nunca se habla de Jesús como profeta ni como el profeta. Esto es especialmente significativo en los primeros capítulos de Hebreos, porque allí había una oportunidad clara de identificar a Jesús como profeta si el autor hubiera querido hacerlo. Empieza diciendo: «Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo.
A éste lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo» (Heb 1: 1-2). Entonces después de hablar de la grandeza del Hijo en los capítulos 1-2, el autor no concluye esta sección diciendo: «Por tanto, consideren a Jesús, el más grande de los profetas», o algo parecido a eso, sino que más bien dice: «Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos» (Heb 3:1).

¿Por qué evitan las epístolas del Nuevo Testamento el llamar a Jesús profeta? Al parecer porque, aunque Jesús es el profeta que Moisés anticipó, es mucho más grande que cualquiera de los otros profetas del Antiguo Testamento, en dos maneras:

1. Él es aquel acerca de quien se hablaba en las profecías del Antiguo Testamento. Cuando Jesús habló con los dos discípulos en el camino a Emaús, él los llevó por todo el Antiguo Testamento, y les mostró que las profecías apuntaban hacia él: «Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras» (Lc 24:27). Les dijo a estos discípulos: «iQué torpes son ustedes, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!, y les señaló: «¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas Cosas antes de entrar en su gloria?» (Lc 24:25-26; cf. 1 Ped 1:11, donde se dice que los profetas del Antiguo Testamento testificaron «de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de éstos»). Así que los profetas del Antiguo Testamento apuntaban al futuro hacia Cristo en lo que escribieron, y los apóstoles del Nuevo Testamento miraban hacia atrás a Cristo e interpretaban su vida para beneficio de la iglesia.

2. Jesús no fue simplemente un mensajero de revelación de Dios (como lo fueron todos los otros profetas), sino que él mismo era la fuente de la revelación de Dios. Más bien que decir como solían hacer todos los profetas del Antiguo Testamento «Así dice el Señor», Jesús podía empezar su enseñanza con autoridad divina con la asombrosa declaración: «Pero yo les digo ...» (Mt 5:22; et al.). La palabra del Señor venía a los profetas del Antiguo Testamento, pero Jesús habló en base a su propia autoridad como el Verbo eterno de Dios Juan 1: 1) que nos revelaba perfectamente al Padre Juan 14:9; Heb 1:1-2).

En el sentido más amplio de profeta, refiriéndonos solo a alguien que nos revela a Dios y nos habla las palabras de Dios, Cristo, por supuesto, es verdadera y completamente un profeta. De hecho, él es aquel a quien los profetas del Antiguo Testamento prefiguraban en sus discursos y en sus acciones.



miércoles, 22 de agosto de 2018

HECHOS 17:22-34 EXEGESIS EN EL DISCURSO DE PABLO EN EL AEROPAGO DE ATENAS



Hch 17:22-34 RV1960: “Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;  (23)  porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.  (24)  El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,  (25)  ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.  (26)  Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;  (27)  para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.  (28)  Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.  (29)  Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.  (30)  Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;  (31)  por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.  (32)  Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.  (33)  Y así Pablo salió de en medio de ellos.  (34)  Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.”

Pablo al llegar a la ciudad cosmopolita de Atenas, una de las ciudades más intelectuales del mundo romano, cuna de la filosofía griega y de los más grandes filósofos de la antigüedad Sócrates, Platón, Aristóteles; emite un discurso dirigido a esa sociedad, una sociedad ateniense que adoraba a sus dioses desde hace siglos. Literalmente, eran muy temerosos de los demonios (grandes héroes que al morir fueron deificados). Tenían miedo de ofenderles; por eso fielmente les ofrecían sacrificios, adornaban sus estatuas, etc. Una vez más los Hechos de los apóstoles ponen de manifiesto cómo el odio y la persecución proporcionan nuevas posibilidades al Evangelio. Pablo llega como fugitivo a Atenas. Aun cuando ha desaparecido de esta ciudad el esplendor de un Pericles y la fama de la escuela de Platón, sin embargo, todavía se le asocia la idea de riqueza cultural y de grandeza espiritual. Los múltiples monumentos dan testimonio de la búsqueda y ansia de hombres dotados de disposiciones religiosas, siquiera se manifieste esto en ideas y fines divergentes entre sí. Hacía seiscientos años antes que Pablo pisara Atenas, hubo una peste terrible que no se podía detener de ninguna manera. Un poeta cretense, Epiménides, propuso un plan: que soltaran desde el Areópago un rebaño de ovejas blancas y negras, y donde se acostara cada una la sacrificaran al dios más cercano; y si no había ningún altar cerca, que la sacrificaran «A un dios desconocido.» De esa situación partió Pablo, el cual cita indirectamente a Epiménides. Hay una serie de pasos en su sermón:

INTRODUCCIÓN:

Extremadamente religioso (hös deisidaimonesterous). La Reina Valera de 1909 dice «más supersticiosos»; BAS y V.M., «muy religiosos».
Deisidaimön es una palabra neutra (de deidö, temer, y daimön, deidad). Los griegos la empleaban, bien en el sentido de piadoso o religioso, o bien en el malo de supersticioso. Thayer sugiere que Pablo la empleó «con una amable ambigüedad». Page cree que Lucas emplea esta palabra para representar los sentimientos religiosos de los atenienses (religiosus), que bordeaban con la superstición. La Vulgata tiene superstitiosiores. En Hch_25:19 Festo emplea el término deisidaimonia para «religión». Parece improbable que Pablo les diera un bofetón a sus oyentes al comenzar su discurso. La forma en que uno tome este adjetivo aquí colorea todo el discurso de Pablo ante el Consejo del Areópago. El comparativo aquí, como en el versículo Hch_17:21, significa más religioso que de costumbre (Robertson, Grammnar, págs. 664ss.), no expresándose el objeto de la comparación. Los atenienses tenían una tremenda reputación por su devoción a la religión, «llenos de ídolos» (v. Hch_17:16).



(1)    Dios no es hecho, sino Hacedor; y el Que lo ha hecho todo no puede ser adorado con cosas hechas por los hombres. Es un hecho que los hombres adoran muchas veces lo que ellos mismos han hecho. Si el dios de uno es aquello a lo que dedica todo su tiempo, su energía y su pensamiento, muchos adoran cosas hechas por los hombres. En el discurso de 17,22 ss, que se abre con el clásico «hombres de Atenas», Pablo a pesar de que «se consumía... en su interior viendo la ciudad repleta de ídolos» (17,16), encuentra unas palabras elogiosas para ponderar la religiosidad de sus oyentes. Se trata, con toda evidencia, de un recurso psicológico destinado a facilitar un contacto con su auditorio. En la predicación del Evangelio no se debería abordar a las personas con críticas negativas y juicios lesivos, sino que convendría estar dispuestos a ver y reconocer en su búsqueda y en sus empeños lo que para ellos es justo y sagrado. Sólo cuando el otro sienta que tenemos capacidad y voluntad de mostrarle respeto y comprensión, estará él también dispuesto a acoger nuestras palabras.

Pablo procede con tacto psicológico, sin embestir al oyente con eso que quiere anunciar. Dirige primero su atención al conocimiento de Dios. Sólo cuando la reverencia de Dios se posesiona del hombre, está éste dispuesto a escuchar también el mensaje que le habla en el Evangelio. Nuestro celo por la Iglesia ¿no adolece del efecto de que no pensamos suficientemente en este misterio fundamental de nuestra fe y nos perdemos demasiado en cuestiones secundarias y en problemas teológicos marginales? ¿No empleó Pablo un medio sumamente eficaz cuando refiriéndose al altar del Dios desconocido comenzó a interesar el ansia y la búsqueda de los hombres? No sabemos lo que pensaría el que puso en el altar la inscripción: «Al Dios desconocido.» ¿Estaba movido por el temor de pasar por alto a algún dios entre los numerosos dioses? ¿O se expresa en la inscripción la reverencia del mundo inaccesible de los dioses y de lo divino? No queremos olvidar que ya mucho tiempo antes de Pablo pensadores griegos trataban de avanzar hacia una elevada concepción y enunciación de Dios.

Pablo interpreta la inscripción en sentido del Dios único, del que él sabe por la Biblia, en tanto que judío creyente, y sobre todo como cristiano por el contacto con Cristo glorificado. No habla con sabiduría de escuela, sino como heraldo y testigo. Y sin embargo, recurre a la capacidad mental de sus oyentes, cuando de la omnipotencia absoluta del Creador deduce la gloria soberana de Dios, que no está encerrado en los estrechos límites de templos e imágenes y que, estando exento de necesidades, se abre a todas las necesidades del hombre.

El pensamiento helenístico y el bíblico se entrelazan cuando Pablo hace remontar a Dios la «vida» y «la respiración» de todos los seres. Se nos recuerda el relato bíblico de la creación, pero al mismo tiempo parece que se alude a una interpretación popular del nombre de Zeus, que en un himno viene ensalzado como el «viviente» y como «aliento de todas las criaturas». Pensamos en el Adán bíblico cuando se dice que los hombres proceden «de uno». La fe bíblica y la creencia griega se encuentran cuando se dice que Dios dirige las suertes de los hombres y en medio del cambio de los tiempos y lugares los hace habitar «sobre toda la faz de la tierra». La expresión lucana está en consonancia con unas palabras de Isaías (24,17), se halla también en Lucas 21:35.

 (2)    Dios es el Señor de -la Historia. Él estaba presente en el surgimiento y en la desaparición de las naciones del pasado, y su mano dirige el timón del presente. la idea fundamental de que Dios, en cuanto creador, es dador y no receptor, implica su libertad de toda necesidad, un pensamiento de la filosofía griega que remite a la escuela de Elea (Dibelius, Studies 42-43), pero que sólo aparece tardíamente en los LXX como premisa de la acción de gracias por el templo (2 Mac 14,35; 3 Mac 2,9). 26. hizo de uno: El contexto se opone a relacionar modalmente «él hizo» con «habitar» («él los hizo habitar»), sino que lo entiende (en continuidad con el v. 24) en el sentido de «él creó», que, en consecuencia, rige los verbos «habitar» y «buscar» como infinitivos asindéticos de finalidad. Las perspectivas bíblica y estoica se mezclan en ex henos, «de uno», que podría significar «un linaje» (neutro) o «un antepasado» (masculino). Prevalece la alusión al Génesis (Gn 1,27-28). los tiempos y los límites: De acuerdo con la misma fusión de perspectivas, estos términos podrían referirse tanto a las épocas y territorios de las naciones de la tierra (punto de vista bíblico; cf. Dn 8; Dt 32,8; Schneider; Wilson, Gentiles 201-05) como al ciclo de las estaciones y la zona habitable de la tierra (punto de vista filosófico; cf. Dibelius, Studies 29-34; Eltester, Haenchen, Weiser y la mayoría de los especialistas). El contexto y la comparación con 14,17 favorecen la última lectura. 27. con el fin de que buscaran a Dios: Claramente se refiere a la búsqueda intelectual del filósofo (Dibelius, Studies 32-33), no a la expresión con la que el AT se refiere a la obediencia y el culto (Dt 4,29 etc.). 28. uno de vuestros poetas: Es decir, el poeta estoico Arato (siglo III a.C.). La forma plural, utilizada por el Apóstol, parece aludir a un verso análogo del himno a Zeus escrito por Cleantes (también del siglo III a.C.), en su Phaenomena, probablemente por influencia del antiguo himno estoico de Cleantes (E. Lohse, New Testament Environment [Nashville 1976] 245).

 (3) Dios ha hecho a los hombres de tal manera que Le anhelan instintivamente y Le buscan a tientas en la oscuridad. Pablo barre con la cultura griega llamándola «los tiempos de esta ignorancia». Los griegos no pudieron hallar a Dios a pesar de toda su sabiduría y cultura (véase 1Co_1:18 ss). Dios ha ordenado a los hombres en todas partes que se arrepientan; y si se arrepienten y creen, Él los perdonará.

(4) Los días de ir a tientas y de la ignorancia han pasado. Cuando los seres humanos tenían que buscar en la sombra no podían conocer a Dios, y Él disculpaba sus necedades y errores; pero ahora, en Cristo, ha venido la plenitud del conocimiento de Dios y se ha terminado el tiempo de las disculpas.

(5) El Día del Juicio se acerca. La vida no es una marcha hacia la extinción como decían los epicúreos, ni hacia la absorción en la divinidad como decían los estoicos, sino un can-finar hacia el tribunal de Dios en el que Jesucristo es el Juez. Dios ha determinado un día de juicio y el Juez será su Hijo, Jesucristo. Dios lo demostró al levantarle de entre los muertos. Si confiamos en Cristo hoy, Él nos salvará; si le rechazamos, mañana Él nos juzgará.

Las reacciones de los oyentes fueron mixtas. Algunos se burlaron (esta es con frecuencia la actitud de la cultura y filosofía paganas); otros dejaron el asunto para más tarde; ¡pero algunos creyeron!
Este capítulo presenta tres actitudes diferentes hacia el evangelio, y encontramos estas actitudes en el mundo hoy. Algunas personas se oponen abiertamente a la Palabra; otros se mofan, burlan o posponen la toma de alguna decisión; y algunos reciben la Palabra y creen. Pablo persistió en seguir como siervo fiel y también debemos hacerlo nosotros «porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gál_6:9).

(6) La prueba de la Soberanía de Cristo está en la Resurrección. No se trata de aceptar a "un dios desconocido», sino al Cristo Resucitado que nos presenta el Evangelio. La parte final del discurso sólo puede verse correctamente en el contexto de toda la disputa. No tiene primariamente la intención de una elaboración teológica de la difícil cuestión de la situación de los que nunca han oído el evangelio. El discurso pretende referirse primordialmente al altar al dios no conocido (ver sobre vv. 22, 23). Este altar era una especie de culto precautorio; la adoración ofrecida a ese dios desconocido era con el fin de que la ciudad fuera librada de las catástrofes. Enfrentado con un hombre que argumentaba que to das estas precauciones estaban erradas y que por lo mismo presumiblemente eran ineficaces, cualquier buen pagano hubiera preguntado: “Si estamos tan equivocados, ¿por qué no hay una catástrofe o una plaga?” Es la pregunta que contesta el discurso. No había razón para una catástrofe, como ellos pensaban, por la ineficacia de su culto a los ídolos sino más bien por la misericordia de Dios al pasar por alto su ignorancia (nótese la vuelta al tema de la ignorancia). Ahora Dios quiere que todos los hombres, en todos los lugares, se arrepientan; la catástrofe no será alejada para siempre: ha establecido un día en el que ha de juzgar al mundo. La descripción más bien limitada de Jesús como el Hombre a quien ha designado probablemente haya sido un intento de evitar la impresión de que Jesús fuera sólo otro dios (ver sobre v. 18). De ese modo, asimismo, en vez de usar el sustantivo abstracto, “resurrección”, Pablo expuso claramente lo que quería decir con ello, demasiado claramente al parecer.

Una vez que los atenienses entendieron lo que Pablo quería decir realmente con “resurrección”, su discurso fue interrumpido abruptamente. Una cosa era la inmortalidad del alma divina, pero otra muy diferente que alguien creyera en la resucitación de cadáveres, lo que para los griegos habría parecido simplemente ingenuo y absurdo; por eso, unos se burlaban. La frase: Te oiremos acerca de esto en otra ocasión puede haber sido auténtica o sarcástica, pero hubo otro famoso caso en el que el concilio del Areópago evitó tomar una decisión ante un asesinato, postergando temporariamente el juicio ¡durante 100 años! Unas pocas personas respondieron positivamente entre las cuales estaba Dionisio, un miembro del concilio.

CONCLUSIÓN:

Las dos ideas fundamentales que Pablo hace resaltar en este discurso, conocimiento de Dios por la sola razón natural e importancia de la resurrección de Cristo para la credibilidad del Evangelio, las encontramos de nuevo claramente en sus cartas (cf. Rom_1:19-23; 1Co_15:14-15). También podemos ver en ellas, al menos insinuadas, esas otras ideas subalternas de la unidad de la especie humana y de la providencia de Dios en la historia, señalando a cada pueblo la duración de su existencia y los límites de sus dominios (v.26; cf. Rom_5:12-21; Efe_1:10-11). Parece que, mientras Pablo se mantuvo en el terreno filosófico, como fue a lo largo de toda la primera parte (v.24-29), sus oyentes le escucharon con más o menos curiosidad y atención. Incluso les agradarían esas citas de poetas griegos, de las que se vale para recalcar la idea de que Dios no está lejano a nosotros, como algo a que no es posible llegar, sino que vivimos como inmersos en él y somos linaje suyo v.13. Pero, al entrar en la segunda parte del discurso (v.30-31), que para Pablo era la más esencial, la cosa cambió totalmente. Comenzaba el elemento sobrenatural, y de esto aquellos orgullosos filósofos ni siquiera quisieron oír. La manera como lo cuenta San Lucas no puede ser más expresiva: “Cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se echaron a reír, otros dijeron: Te oiremos sobre esto otra vez” (v.32). Y Pablo ni siquiera pudo continuar el discurso.
La impresión que debió de causar en San Pablo este fracaso de Atenas tuvo que ser tremenda. Era la primera vez que se encontraba el mensaje cristiano con los representantes de la cultura paga-y el encuentro no pudo ser más desesperanzador. Pablo había intentado valerse incluso de las armas del buen decir, como lo muestran el exordio de su discurso y las alusiones a antiguos poetas griegos, y como resultado obtiene, no ya oposición y ataque, cosa que hubiera llevado mejor, sino la indiferencia más absoluta, con ese aire de superioridad despectiva que están rezumando aquellas frases: “unos se echaron a reír, y otros dijeron: Te oiremos sobre esto otra vez.” A buen seguro que este fracaso de Atenas contribuyó grandemente a que, en adelante, rechace en su predicación como inútiles las “artificiosas palabras” y los “persuasivos discursos de sabiduría humana,” pues “plugo a Dios salvar a los hombres por la locura de la predicación” (cf. 1Co_1:17.21; 1Co_2:4).
A pesar del fracaso, todavía logró convertir algunos, entre los cuales “estaban Dionisio Areopagita y una mujer llamada Damaris” (v.34). Nada más sabemos de esta mujer Damaris. Tampoco sabemos apenas nada de Dionisio Areopagita, quien, a juzgar por el sobrenombre, debía de ser miembro del Areópago. Eusebio dice que fue el primer obispo de Atenas 164, y una leyenda posterior lo identificó con otro Dionisio, obispo de París, martirizado en 250. Durante mucho tiempo se le atribuyeron diversos tratados teológico-místicos, que gozaron de gran difusión en la Edad Media, y que aparecen bajo su nombre; pero hoy está demostrado que esos escritos no son anteriores al siglo V.

BIBLIOGRAFIA:
Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, Casa Bautista de publicaciones
Bosquejos Expositivos de la Biblia, Warren W. Wiersbe.
Biblia Comentada (7 Tomos), Profesores de la Universidad  Pontificia, de la Facultad Teológica Dominicana de San Esteban y del Seminario diocesano de Salamanca.
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The New Jerome Biblical Commentary. Raymond E. Brown, Joseph A. Fitzmyer Roland E. Murphy (Eds).
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Comentario Nuevo Testamento Serafín DE Ausejo.
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Biblia RV60, Biblia Textual 3ª edición,

jueves, 9 de agosto de 2018

EL PROBLEMA DEL RETRASO DE LA PARUSIA

"El problema en el retraso de la Parusia" La razón básica por la que hay un debate sobre la demora del regreso de Cristo es que Jesús le dijo a su primera generación de discípulos que él regresaría antes de que algunos de los de allí presenten murieran: “En verdad os digo que hay algunos aquí que no probarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios llegando con poder” (Marcos 9:1). Miremos también este versículo 38 capítulo 8 de Marcos: (Mar 8:38 Spanish RV)
“Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adulterina y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”
En (Mar 13:30 Spanish RV) Jesús es más específico: “De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas.”
Comparémoslo con (Mat 16:28 Spanish RV)
“De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su reino.”
ARGUMENTOS DE LA TEOLOGÍA LIBERAL Y ATEISTAS O NO CRISTIANOS. Los teólogos liberales, como de costumbre, suelen decir que hubo un “espectacular fracaso de Jesús”, postulando alguna de estas dos alternativas: 1) Todo es una gran metáfora; 2) Jesús no dijo eso, esas palabras en verdad proceden de sus discípulos.
La primera alternativa es defendida principalmente por N.T. Wright. Según esta tesis, Jesús hablaba en parábolas, y cometemos un error al interpretar literalmente algo que, originalmente, era una metáfora de la llegada espiritual del reino de Dios a través del mensaje de amor de Jesús.
Es una posibilidad intrigante, ya que Marcos sin duda alude a Daniel 7:13, en el cual aquel “que venía como hijo de hombre” se encuentra, de hecho, entronizado en el cielo. Sin embargo, Marcos 8:35-38 indica que la venida del Hijo del Hombre es una venida para juzgar, en lugar de un ascenso para gobernar en el cielo después de su muerte. La misma idea parece bastante clara en Lucas 12:40 y en Mateo 24:44. Y tanto Marcos 8:34-9:1 como 13:24-31 dicen que la venida para juzgar debe ocurrir dentro de una generación.
Por lo tanto, en la medida en que no creo que el juicio haya tenido lugar durante el primer siglo, es difícil refugiarse en la tesis de Wright. Aun parece como si Jesús hubiera calculado mal cuando predijo que volvería antes de que la primera generación de apóstoles muriera.
La segunda alternativa es defendida por J.D. Crossan, Marcus Borg y el Jesus Seminar. Jesús habría sido un maestro cínico itinerante, más interesado en mensajitos cortos y sencillos que tienen que ver con ética y cierto comentario político. A juicio de estos autores, el evangelio de Tomás es bastante temprano, y en tanto ese evangelio está desprovisto de contenido apocalíptico, cabe sospechar que el mensaje original de Jesús no era apocalíptico, y que el discurso del monte de los olivos, y otra prédica parecida, fue posteriormente añadido por los seguidores, quienes sí tenían expectativas apocalípticas.
El principal problema de decir que Jesús estaba equivocado sobre su inminente expectativa acerca de la consumación del escatón es que la inminencia del Reino de Dios era central en el mensaje de Jesús. Esa efectivamente es la tesis de Marcos, el Evangelio canónico más antiguo: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva” (Marcos 1:15). Y si el mensaje central de Jesús estaba equivocado, entonces ¿cómo alguien puede presumir de encontrar la “salvación” a través de la fe en él?
Más específicamente, ¿por qué las personas viven y mueren con la esperanza de ser recibidas en el reino de los cielos cuando los términos de dicha oferta (su cercanía) parecieran haber expirado hace diecinueve siglos?
Si la profecía de Jesús acerca del momento de la venida del Reino no se cumplió, ¿entonces en realidad simplemente todo este asunto del cristianismo no está mal?
Bueno… en realidad, no. Veremos en los siguientes artículos las soluciones plausibles del “retraso en la Parusía”
ARGUMENTO PRETERISTA:
Este argumento no tiene problema con el retraso, porque para ellos ¡ya se cumplió¡ los preteristas aducen que todas esa profecía se cumplió en el año 70 D.C en la destrucción de Jerusalén. Cuando Jerusalén fue destruida todo lo que había predicho Jesús sucedió realmente, incluido que el Hijo del Hombre entro en la sala del trono de Dios y recibió su reino.
Es sin duda el punto fuerte de la visión preterista este punto, al resolver por completo el problema del retraso, al decir que ya fueron cumplidas.
ARGUMENTO PROFECÍA FUE CAMBIADA O PROVISIONAL:
Tenemos en el Antiguo Testamento ciertos ejemplos de profecías como esta; por ejemplo el caso de Jonás y la profecía contra la Ciudad de Nínive. “en 40 dias días la ciudad será destruida”. Pero sin embargo el juicio de Dios nunca llegó ya que la ciudad se arrepintió (para disgusto de Jonás como recordamos).
Otro bello ejemplo lo tenemos en (2Re 20:1 RVC)
“Por esos días Ezequías cayó gravemente enfermo. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a visitarlo, y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque no vas a sanar, sino que morirás.”»
Fue una profecía incondicional que recibió Ezequías de parte del profeta Isaías. Pero el Rey luego se dirigió a Dios en oración, le suplicó, y el Señor le dijo “debido a que has orado, no terminare con tu vida como dije que haría”. De hecho se la prolongo por quince años más¡
Estos ejemplos de profecías que se dijeron que iban a suceder dentro de cierta cantidad de tiempo pero luego no sucedió porque la profecía fue cambiada. Entonces la sugerencia es que tal vez estas predicciones de Jesús sobre su regreso fue cambiado, en vez de volver en la vida de los discípulos, por una razón que no se conoce, fue “retrasada”, y todavía vivimos en este periodo del retraso de la Parusía.
El problema que encuentro con esta explicación es que nada pareció cambiar en este caso. En el caso de Nínive la gente se arrepintió, con Ezequías el oró al Señor y Dios escucho sus oraciones. Pero en el caso de Cristo nada cambió, todo parecía estar sucediendo tal como él lo predijo, por lo tanto me parece inverosímil pensar que lo que Cristo dijo eran meras profecías provisionales.
ARGUMENTOS VARIOS:
Interpretación de (Mat 16:28 RVC)
“De cierto les digo que algunos de los que están aquí no morirán hasta que hayan visto al Hijo del Hombre venir en su reino.”
1) Jesús se estaba refiriendo a la trasfiguración que tuvo lugar 06 días después, en el capítulo 17 que sigue inmediatamente después.
2) Jesús se estaba refiriendo a raza o grupos de gentes.
3) Jesús se está refiriendo a la generación que estará viva cuando estas cosas comienzan a suceder, en lugar de los discípulos en ese momento.
4) Juan y su visión en la Isla de Patmos, vio la segunda venida de Cristo, al verla se cumplió lo predicho por Jesús.
En la ultima parte, la que me parece a mi opinión la explicación mas razonable y plausible del "retraso en la parusia"
ARGUMENTO “AMBIGÜEDAD CONTEXTUAL”:
Veamos este pasaje del Evangelio:
Mar 6:7-13 RVC Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les dio autoridad sobre los espíritus impuros, (8) y les mandó que no llevaran nada para el camino. Aparte de un bastón, no debían llevar mochila, ni pan, ni dinero en el cinto. (9) También podían llevar sandalias, pero no dos mudas de ropa. (10) Les dijo: «Cuando ustedes lleguen a una casa, quédense allí hasta que salgan de ese lugar. (11) Si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.» [De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para los de Sodoma y Gomorra será más tolerable que para aquella ciudad.] (12) Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera. (13) También expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.
Recordemos que Mateo usa el Evangelio de Marcos para ilustrarse. Marcos fue el Evangelio más primitivo y temprano, y Mateo lo usa como parte de su fuente. Quiero que veamos la libertad editorial que Mateo ejerce al usar el material del Evangelio de Marcos.
Veamos ahora Mat 10:5-23 RVC Jesús envió a estos doce, con las siguientes instrucciones: «No vayan por camino de paganos, ni entren en ciudad de samaritanos, (6) sino vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. (7) Vayan y prediquen: “El reino de los cielos se ha acercado.” (8) Sanen enfermos, limpien leprosos, resuciten muertos y expulsen demonios. Den gratuitamente lo que gratuitamente recibieron. (9) No lleven consigo oro ni plata ni cobre, (10) ni mochila para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento. (11) En cualquier ciudad o aldea a la que lleguen, busquen a alguien que sea digno, y quédense allí hasta que salgan. (12) Al entrar en la casa, saluden. (13) Si la casa es digna, recibirá la paz que ustedes le deseen; pero si no es digna, ese deseo de paz se volverá a ustedes. (14) Si alguien no los recibe, ni oye sus palabras, salgan de aquella casa o ciudad, y sacúdanse el polvo de los pies. (15) De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, será más tolerable que para aquella ciudad. (16) »Tengan ustedes en cuenta que los estoy enviando como a ovejas en medio de lobos; así que sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas. (17) Cuídense de la gente, porque los entregarán a los tribunales, y los azotarán en las sinagogas; (18) y por causa de mí, incluso los harán comparecer ante gobernadores y reyes, para que den testimonio ante ellos y ante las naciones. (19) Pero cuando ustedes sean entregados, no se preocupen por lo que han de decir, ni por cómo habrán de decirlo, porque en ese momento se les dará lo que tienen que decir. (20) Porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. (21) El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. (22) Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que resista hasta el fin será salvado. (23) Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra; porque de cierto les digo que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.
Fíjense que hasta el versículo 15 Mateo sigue la narrativa de Marcos, y después inserta los versículos 16 y siguientes. Ahora aquí parece que Jesús está diciendo que antes de que se complete la misión de los doce, antes de que pasen por las ciudades de Israel, que se producirá el regreso del Hijo del hombre. ¿De dónde viene este material adicional del que Mateo inserta en la narración? Viene del discurso del Monte de los Olivos en Marcos 13 véanlo:
Mar 13:9-13 RVC: “Pero ustedes tengan cuidado; porque los entregarán a los tribunales, y los azotarán en las sinagogas; por causa de mí los harán comparecer ante gobernadores y reyes, para dar testimonio ante ellos. (10) Pero antes tendrá que proclamarse el evangelio a todas las naciones. (11) Cuando los arresten y los hagan comparecer, no se preocupen por lo que deben decir, sino sólo digan lo que en ese momento les sea dado decir. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo. (12) El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se rebelarán contra los padres, y los matarán. (13) Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará a ustedes, pero el que resista hasta el fin, se salvará.”
Entonces lo que Mateo ha hecho es que ha tomado las palabras del Discurso del Monte de los Olivos acerca del fin de los tiempos y lo ha insertado en la carga de Jesús a los discípulos en la misión de los doce cuando salen predicando en las ciudades de Israel. Como resultado crea esta extraña ilusión de que Jesús está prediciendo que antes de que terminen su misión el Hijo del Hombre volverá y que tendrá lugar. Sabemos que Mateo no creía esto, Mateo relata el resto del Evangelio acerca de cómo los discípulos regresan y continúan con Jesús, está el resto del Ministerio, su muerte y su resurrección; pero debido a su inserción se tiene la falsa impresión de que el Hijo del Hombre volvería en ese tiempo.
Esta es una ilustración perfecta y notable del tipo de “ambigüedad contextual” a la que me refiero. Un dicho sobre la segunda venida de Cristo pueda parecer que significa cosas diferentes cuando se le ubica en diferentes contextos. Dada la libertad editorial que ejercen los evangelistas. Estoy sugiriendo que no podemos saber con certeza que esto es lo que significaba en Marcos 13:30, que antes de que todos los que oían murieran en ese momento, Cristo volvería.
Es muy posible que no conozcamos el contexto en el que Jesús dijo estas palabras, asi como el lector del evangelio de Mateo no sabría el contexto original de este material que se insertó.
Miremos otra vez el versículo del problema del “retraso de la parusía”:
Mat 16:28 RVC: “De cierto les digo que algunos de los que están aquí no morirán hasta que hayan visto al Hijo del Hombre venir en su reino.”
Ahora pasemos a Marcos 8:
Mar 8:38 RVC: “Si en esta generación adúltera y pecadora alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”
Y Marcos 9:
Mar 9:1 RV2009: “También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con poder.”
Fijémonos bien!! El pasaje de Marcos usa el tiempo futuro “Hay algunos de los que están aquí… (Tiempo futuro) …que hayan visto el reino de Dios que viene… (Tiempo perfecto). Eso mira hacia el pasado. Entonces que verán esas personas que se refería Jesús? Verán que el reino de Dios viene con poder. Eso es muy diferente de lo que dice Mateo. Mateo dice “verán al Hijo del Hombre venir en su reino” está parafraseando o devolviendo las palabras de Marcos de una manera que les da un tipo de significado muy diferente. Lo que Marcos dice es que Verán que el reino de Dios viene con poder, observe el descanso entre 8:38 y 9:1.
Cuál es el contexto original de este dicho? Ha agregado Marcos eso aquí como sugiere el rompimiento? No lo sabemos. Pero miremos el contexto más amplio de que está hablando Marcos 8:31?
Mar 8:31 Spanish RV: “Y comenzó a enseñarles , que convenía que el Hijo del hombre padeciese mucho, y ser reprobado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.”
Predice su muerte y su resurrección de los muertos, y Marcos dice “y lo dijo claramente” (versículo 32), después reprendió a Pedro diciendo: “Apártate de mí, Satanás; porque no sabes las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres.”
En mi opinión claramente Jesús cuando dice “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con poder” esto podría ser una referencia una referencia a su resurrección de entre los muertos. Ese es el contexto más amplio. Entonces esto NO puede ser una referencia a la segunda venida, sino lo que está diciendo Jesús es que algunas personas presentes verán su RESURRECCION. Mateo devuelve las palabras de Jesús de una manera algo diferente que daría una impresión diferente.
Volvamos a Marcos 13:
Mar 13:30 Spanish RV: “De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas.”
Recordemos que esto está tomado del discurso en el monte de los Olivos… que contexto original está en el texto? Este dicho viene después de la profecía de la segunda venida de Cristo, en los versículos 24-27. Entonces se piensa que ESE ES EL CONTEXTO. Pero miremos el contexto más amplio de Marcos 13. La frase de “todas estas cosas” aparece en el capítulo de Marcos 13 en los versículos 4,23 y 29, antes de que Jesús diga esto en el Versículo 30.
Mire Mar 13:4 Spanish RV: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿y qué señal habrá cuando todas estas cosas han de cumplirse?”
Luego, en el versículo 23 después de describir la destrucción futura de Jerusalén, y la aparición de los falsos cristos que vendrán dice:
Mar 13:23 Spanish RV: “Mas vosotros mirad; os lo he dicho antes todo.”
Luego en el Versículo 29: Mar 13:29 Spanish RV: “Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.”
Aquí otra vez estas “ESTAS COSAS” y que son? Las cosas que ha estado HABLANDO (destrucción de Jerusalén, falsos cristos, etc) y estas cosas son ANTES de la segunda venida de Cristo. Jesús dice: “cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca”. Pero las cosas que el habla son de los eventos previos a su venida. Luego dice: “De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas”, así que esto podría haber estado en el contexto original hablando sobre la destrucción de Jerusalén.
Si esta afirmación no te parece convincente, los invito a realizar una lectura sobre los siguientes capítulos que hablan que la segunda venida de Cristo SERA EN UN EVENTO FUTURO y que Jesús no habló jamás de que vendría nuevamente en esa generación:
Mat 24:45-51 Spanish RV: “¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento á tiempo? (46) Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así. (47) De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá. (48) Y si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor se tarda en venir: (49) Y comenzare á herir á sus consiervos, y aun á comer y á beber con los borrachos; (50) Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no sabe, (51) Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.”
Y comparémosla con Lucas:
Luc 12:35-48 Spanish RV: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras antorchas encendidas; (36) Y vosotros semejantes á hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere y llamare, luego le abran. (37) Bienaventurados aquellos siervos, á los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten á la mesa, y pasando les servirá. (38) Y aunque venga á la segunda vigilia, y aunque venga á la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos. (39) Esto empero sabed, que si supiese el padre de familia á qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. (40) Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá. (41) Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola á nosotros, ó también á todos? (42) Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que á tiempo les dé su ración? (43) Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando el señor viniere, hallare haciendo así. (44) En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes. (45) Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir: y comenzare á herir á los siervos y á las criadas, y á comer y á beber y á embriagarse; (46) Vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera, y á la hora que no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles. (47) Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme á su voluntad, será azotado mucho. (48) Mas el que no entendió, é hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque á cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.”
Miremos también esta parábola de Jesús en Mateo 25:
Mat 25:1-13 Spanish RV: “ENTONCES el reino de los cielos será semejante á diez vírgenes, que tomando sus lámparas, salieron á recibir al esposo. (2) Y las cinco de ellas eran prudentes, y las cinco fatuas. (3) Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; (4) Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas. (5) Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron. (6) Y á la media noche fué oído un clamor: He aquí, el esposo viene; salid á recibirle . (7) Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas. (8) Y las fatuas dijeron á las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. (9) Mas las prudentes respondieron, diciendo: Porque no nos falte á nosotras y á vosotras, id antes á los que venden, y comprad para vosotras. (10) Y mientras que ellas iban á comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él á las bodas; y se cerró la puerta. (11) Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos . (12) Mas respondiendo él, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. (13) Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.”
AQUÍ NUEVAMENTE TIENES EL RETRASO DEL REGRESO DE CRISTO.
La lección aquí es estar alerta a la llegada de nuestro señor Jesús.
Ahora, pensaríamos que los discípulos aun no entendieron el punto? Yo creo que si lo entendieron¡ miremos a Mateo25: 31-46 es otra parábola que enseña lo mismo.
Mat 25:31-46 Spanish RV: “Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. (32) Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. (33) Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda. (34) Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo: (35) Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis; (36) Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á mí. (37) Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber? (38) ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos? (39) ¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos á ti? (40) Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis. (41) Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: (42) Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; (43) Fui huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. (44) Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, ó sediento, ó huésped, ó desnudo, ó enfermo, ó en la cárcel, y no te servimos? (45) Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis á uno de estos pequeñitos, ni á mí lo hicisteis. (46) E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.”
De nuevo, en esta parábola se ve que aunque Cristo está ausente, nunca han visto a Cristo. La iglesia ministra a los enfermos, los pobres y a los que están en prisión. Esta describiendo el ministerio de la iglesia antes de QUE EL VUELVA.
Como conclusión pienso que cuando consideramos en conjunto las enseñanzas de Jesús sobre su regreso es claro que Jesús dice que no sabe el momento de su regreso, nadie sabe cuándo volverá. Pero el preparo a sus discípulos una y otra vez durante un largo tiempo, durante el cual la iglesia ministrara en su nombre a los desafortunados, el Evangelio será predicado a todas las naciones, vendrá la apostasía, el anticristo, la tribulación, hasta que, finalmente, el vendrá. Este par extraño de dichos que parecen implicar lo contrario, sugiero se debe a algún tipo de ambigüedad contextual.
Escrito por: Edwing Piñango.
Fuentes:
Biblia reina Valera 1960, Biblia Reina Valera Contemporánea, Biblia NTV (solo para comparar versículos).
Cuando el Hijo del Hombre no vino: Una propuesta constructiva sobre el retraso de la parusía”, del Dr. Christopher M. Hays.
N.T. Wright, Jesús y la victoria de Dios pag. 348-368.
The Doctrine of the Last Things Dr. William Lane Craig (part 6 Y 7)
Articulo web: On Why Jesus Hasn’t Come Back Yet (And the Answer May Shock You) Pete Enns · New Testament.
Comentario exegético y explicativo de la biblia tomo 2: el Nuevo Testamento por Roberto Jamieson, A. R. Fausset, David Brown.