Hay algunas ramas cristianas, y también
ateos, que afirman que la Iglesia Cristiana fue fundada por el emperador
Constantino con el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. Esta teoría logró gran
difusión gracias también al best-seller internacional El Código Da Vinci. Si
eso fuera cierto, el mismo Credo de Nicea y los padres de la Iglesia, los
fundamentos cristianos, el canon bíblico, etc, estarían en seria duda con la
doctrina verdadera. Veamos la historia que fue lo que paso.
Antes del Concilio de Nicea (325) el
cristianismo se vio en continuas persecuciones bajo distintos emperadores
romanos, Nerón, Decio, Domiciano, Dioclesiano etc, hasta que, al fin, el
emperador Constantino en el 313 en su edicto de Milán, permite la tolerancia y
la libertad de culto a los cristianos. Lo hace para tratar de unificar el
imperio romano, sumido en guerras civiles. Leamos lo que dice su edicto: “Habiendo
advertido hace ya mucho tiempo que no debe ser cohibida la libertad de
religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y libertad de cada cual el
ejercicio de las cosas divinas conforme al parecer de su alma, hemos sancionado
que, tanto todos los demás cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia
de su secta y religión […] que a los cristianos y a todos los demás se conceda
libre facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que
quienquiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio a nosotros
y a todos los que viven bajo nuestro imperio. Así, pues, hemos promulgado con
saludable y rectísimo criterio esta nuestra voluntad, para que a ninguno se
niegue en absoluto la licencia de seguir o elegir la observancia y religión
cristiana. Antes bien sea lícito a cada uno dedicar su alma a aquella religión
que estimare convenirle.[…] Las propiedades habrán de ser devueltas a los
cristianos sin exigir pago o recompensa de ningún tipo, y sin admitir ningún
tipo de fraude o engaño” (Edicto de Milán, 313).
Con ti más la persecución también estaban
las herejías, una de ellas la más peligrosa: la doctrina de Arrio que, en su
predicación, empezó a manifestar algunas de sus ideas sobre la Trinidad, que
enlazaban con el adopcionismo y subordinacionismo de Luciano de Antioquía,
llegando a negar abiertamente la divinidad del Hijo, su eternidad y su
consubstancialidad con el Padre. Después de algunas advertencias en secreto por
parte del obispo, Arrio siguió con su predicación y radicalizando sus
posiciones entre el 318-320. Los viajes de Arrio a Oriente, contactando
directamente con ciertos obispos de la talla de Eusebio de Cesarea, encendieron
la polémica en aquella región; intervino entonces el obispo Alejandro con dos
cartas a los obispos orientales, en las que explicaba los errores teológicos de
Arrio.
Entre tanto, Constantino había vencido a
Licinio, convirtiéndose en el único duefio del Imperio (julio-septiembre de
324). Informado de la controversia, le desagradó todo aquello: la experiencia
del donatismo le había enseñado la gravedad de las disidencias internas de la
Iglesia y - sus repercusiones sobre la convivencia civil. El emperador en vió
enseguida a Alejandría a Osio de Córdoba, con una carta para Alejandro y Arrio,
que entre tanto había regresado a su ciudad. La carta es de gran importancia:
Constantino habla como hombre político, preocupado por restablecer la paz
religiosa; no es de extrañar que se muestre poco interesado por la substancia
doctrinal de la controversia, dado que conocía relativamente poco del dogma
cristiano, y quizás Eusebio de Nicomedia le había presentado de modo parcial y
simplista la controversia. Fracasó la misión de Osio, pero tuvo ocasión de
comprender el alcance de la cuestión y, al volver a Nicomedía, fue seguido por
Alejandro y por Arrio, que intentaban granjearse el favor de Constantino.
Mientras tanto, a finales del año 324, 56 obispos reunidos en Antioquía para la
elección del nuevo obispo celebraron allí un concilio en el que condenaron a
Arrio y expusieron la verdadera fe en una carta sinodal, que enviaron también
al obispo Silvestre de Roma, que la aprobó junto con los obispos italianos. Se
imponía un concilio para afrontar definitivamente la cuestión: la idea nació
probablemente en la reunión de los obispos en Antioquía y - es fácil que Osio y
Alejandro se la propusieran a Constantino; el hecho es que el ejecutor del
proyecto fue Constantino, que, por diversas razones, tuvo que replegarse de
Ancira a Nicea (325). Aquí se condenó a Arrio. Surgió también la necesidad de
elaborar un nuevo símbolo, con la introducción del término homoousios.
El concilio de Nicea fue el primer concilio
ecuménico y supuso, para la Iglesia y la ortodoxia, una gran victoria. Los
obispos fueron conscientes de ello durante el concilio y después de él,
llamándolo "santo” “grande”, «columna contra todas las herejías». La fe de
Nicea habría de durar por siempre, como definición solemne de la fe recibida de
los Padres. Después de las vicisitudes de los reinados de Constancio II y de
Valente (que eran arrianos), el arrianismo pudo ser superado por completo y se
pudo volver a la ortodoxia según la definición de Nicea.
Podemos notar que lo que hizo Constantino
(ojo, que al morir Constantino fue bautizado por un monje arriano, condenados
ya por dicho Concilio) fue primero cesar las persecuciones, y tratar de que el
imperio no cayera en otra guerra civil, esta vez de índole religioso
(arrianismo vsus cristianismo), no hay pruebas de que el cristianismo
practicado antes de Nicea haya sido cambiado después del concilio por
Constantino, no hay evidencia de la creación de una nueva iglesia, (estamos en
el 325 D.C, ya habían pasado casi trescientos años de la muerte y resurrección
de Cristo, donde las comunidades cristianas estaban presentes y existían,
tenían sus tradiciones, escritos, cartas, etc) y al final lo que me parece que
es la prueba más firme que Constantino no pervirtió la cristiandad es el mismo
CREDO DE NICEA:
Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; Y
en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes
de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios
verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre; Por el cual todas
las cosas fueron hechas, El cual por amor a nosotros y por nuestra salud
descendió del cielo, Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el
Espíritu Santo, fue hecho hombre, Y fue crucificado por nosotros bajo el poder
de Poncio Pilatos, Padeció, y fue sepultado; Y al tercer día resucitó según las
Escrituras, Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre. Y
vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; Y su reino no
tendrá fin. Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del
Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y
glorificado; Que habló por los profetas. Y creo en una santa Iglesia Católica
(aquí nótese el significado epistemológico de la palabra y no la de la Iglesia
Católica) y Apostólica. Confieso un Bautismo para remisión de pecados, Y espero
la resurrección de los muertos. Y la vida del Siglo venidero. Amén.
Vemos conceptos que todo cristiano debería
tenerlos como innegociables, es nuestra doctrina de fe que son:
Un solo Dios, Creador de todo lo que
existe, Jesús como su hijo, que resucito, y subió a los cielos, creemos en su
segunda venida, creemos en el Espíritu Santo, creemos que Dios le hablo a los
profetas, creemos que somos parte de una sola iglesia cristiana, en el bautismo
y en la resurrección de los muertos, así como en la vida eterna.
Todo cristiano debería de creer esas cosas,
sea evangélico, católico, ortodoxo, luterano o calvinista; Adventista o
pentecostal, este credo contiene lo que la mayoría de nosotros creemos, por lo
que Constantino no trastoco, ni modificó, ni cambió nada del cristianismo.
(Aseveración también apoyada por evidencias históricas y por la mayoría de los
historiadores modernos).
Ahora bien, se sabe que la Iglesia Católica
se pervirtió, pero no fue Constantino el causante, como hemos visto ya. La
perversión se originó alrededor del siglo VII, cuando surgió el catolicismo
romano, y las pruebas son: La perversión del canon bíblico al quitarle las
notas de Jerónimo en la Biblia que el tradujo, conocida como la Vulgata en los
apócrifos; Jerónimo puso al final de la vulgata los libros apócrifos con una
nota que decía “que no era inspirado por Dios ni histórico, sino que han de ser
tomados como ayuda”, al quitarle dicha nota, el catolicismo tomo versículos de
estos escritos apócrifos como canon y doctrina para apoyar, por ejemplo, el
purgatorio, (macabeos), orar a los santos (Tobías), o dar dinero para que así
Dios me acepte mas (Tobías), las monjas (Judith).
En este tiempo también podemos acotar que,
volverse cristiano, y convertirse al cristianismo era “la moda”; no nada más
por el simple hecho de conseguir buenos trabajos, un buen sueldo como
sacerdote, sino también como presión social y cultural. Las personas en su mayoría
no se convertían a Cristo por fe, sino por conveniencia.
La figura del papado surgió a partir del
siglo VII, trescientos años después de Constantino, no hay evidencias
históricas de un papado antes de dicho siglo. Se tomaba como líder de la iglesia
al más anciano de los obispos, sea en Roma, o en Constantinopla, Alejandría,
etc. La figura del papado se tomó como tal gracias a Gregorio Magno, hombre muy
humilde, tomado también como padre de la Iglesia, pero que lamentablemente tuvo
errores en la interpretación de la Biblia y la Sana Doctrina. Gracias a su
defensa de Roma frente a las invasiones bárbaras fue tomando renombre y
liderazgo, hasta que cada palabra que él decía se convertía en dogma, tanto de
fe como a nivel político; formándose oficialmente el papado. A partir de este
hecho, El papado habla por Dios, violando lo que dice la Biblia, que Jesucristo
es la cabeza de la Iglesia, a partir de allí vemos concilios que sobrepasan lo
dicho por las escrituras, un hombre ya no puede añadirle nada más a la Biblia
ya que está cerrada tal como lo dice en Apocalipsis 22. Todas estas
perversiones terminaran con el Cisma de oriente, y la Reforma de Lutero.
El hermano Gary Shogren, Phd, Profesor del Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San Jose Costa Rica, autor del articulo web El Emperador Constantino el Grande un villano o un heroe? explica detalladamente los mitos y leyendas que se han derivado bajo el reinado de Constantino, desde fundador de la cristiandad, hasta "imponer" cosas como la doctrina de la Trinidad, la eliminación del sábado, etc. les recomiendo que lean este articulo, ya que desglosa con suficiente argumentación y pruebas, cada mito y cada leyenda hecha contra Constantino.
He aqui la Conclusion del Profesor Shogren: "¿Quién era Constantino y cuál era su fe? La
controversia continuará, pero una evaluación justa es que él creía ser un
cristiano, aunque durante algunos años él también continuó con ciertas
prácticas paganas. Su experiencia en el Puente Milvio fue genuina, aunque más
adelante probablemente mitologizada y también convertida en un momento de
conversión instantáneo. Él usó el conocido símbolo cristiano Chi-Rho, pero no
lo inventó. Sus acciones como el “Primer Emperador Cristiano” fueron una mezcla
de abuso de poder y el creciente uso de su poder para ayudar a la iglesia. Él
declaró al cristianismo y otras religiones como legales, invitó a muchos
cristianos a su gobierno, e hizo la vida más difícil para los paganos. Él dio a
los líderes cristianos y judíos privilegios similares. Él intervino en algunas
disputas teológicas, principalmente para empujar a los líderes de la iglesia a
actuar en armonía. Especialmente, él presidió sobre el Concilio Niceno en 325
d. C., y presionó por la unidad, pero no inventó las doctrinas de la deidad de
Cristo o la Trinidad. Ni él ni Nicea consideraron alguna vez el tema del canon
de la Biblia. Constantino no tuvo nada que ver con cualquier supuesta revisión
del Nuevo Testamento griego. Él no forzó la fe cristiana sobre todos, pero él
ciertamente hizo más fácil que las personas se convirtieran. Él vinculó la
costumbre sostenida por mucho tiempo del culto cristiano en Domingo con el
concepto de descanso del trabajo, y ayudó a afirmar las fechas de Navidad y Pascua
de acuerdo con la práctica ya de largo tiempo en la iglesia.
Este es Constantino en la medida en que la
historia lo permite. Él puso en movimiento la cristianización del imperio y
siglos de la versión oficialmente reconocida de la fe. Pero la fe cristiana, ya
sea Católica, Ortodoxa, o Protestante, no puede ser considerada como su
creación."
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar