miércoles, 29 de abril de 2020

ESTUDIO SOBRE FILIPENSES 4:12-13



ESTUDIO SOBRE FILIPENSES 4:12-13

Leamos el pasaje:

“(12) Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  (13)  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
 Flp 4:12-13 RV1960 .

El apóstol solía estar en cadenas, prisiones y necesidades, pero en todo aprendió a estar contento, a llevar su mente a ese estado, y aprovechar el máximo de eso. El orgullo, la incredulidad, el vano insistir en algo que no tenemos y el descontento variable por las cosas presentes, hacen que los hombres estén disgustados aun en circunstancias favorables.

Oremos por una sumisión paciente y por esperanza cuando estemos aplastados; por humildad y una mente celestial cuando estemos jubilosos. Es gracia especial tener siempre un temperamento mental sereno. Cuando estemos humillados no perdamos nuestro consuelo en Dios ni desconfiemos de su providencia, ni tomemos un camino malo para nuestra satisfacción. En estado próspero no seamos orgullosos ni nos sintamos seguros ni mundanos. Esta es una lección mucho más difícil que la otra, porque las tentaciones de la plenitud y de la prosperidad son más que las de la aflicción y la necesidad.

El apóstol no tenía la intención de moverlos a dar más, sino exhortarlos a una bondad que tendrá una recompensa gloriosa en el más allá. Por medio de Cristo tenemos la gracia para hacer lo que es bueno, y por medio de Él hemos de esperar la recompensa; como tenemos todas las cosas por Él, hagamos todas las cosas por Él y para su gloria.

Miremos la opinión de Tomas de Aquino:

La humildad unas veces significa cierta virtud: "el que se humilla será exaltado"; otras, abatimiento, abyección: "humillaron (apretaron) con grillos sus pies" (Sal 104,18). Y así habla aquí diciendo: "sé padecer humillaciones", esto es, soportar medidamente, como conviene, la abyección. Y porque a los hombres con las riquezas se les suben los humos, y con la pobreza se les bajan, por eso a la abundancia la llama exaltación. Y de entrambas partes hay peligro, pues con la abundancia engríese el ánimo contra Dios y con la pobreza queda deprimido. Por eso dice Salomón en los Proverbios 30: "no me des ni pobreza ni riquezas". Pero mejor lo dice el Apóstol, porque en un caso o en otro sabe gobernarse virtuosamente, y esto dondequiera, es a saber, en todo lugar, negocio, estado y condición; "estoy ya hecho a todo y lo he probado todo" (2Co 6).

- "Todo lo puedo en Aquel que me conforta". Pone la causa de su constancia diciendo: "todo lo puedo"; como si dijera: no pudiera soportar estos insultos y oprobios, a no confortarme la mano de Dios (Ez. 3; Is 40). Más, pues estás hecho a pasar necesidad, ¿por ventura te sobró de lo que te mandamos? No, porque, aunque sepa "padecer penuria", que es una virtud, no por eso han de retirarme el socorro (Rm 12; He. X). Está, pues, clara la causa.”

Dice pues: no me da miedo la pobreza, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. No hay cosa que ponga más de manifiesto la estatura de un perfecto sabio como el saber navegar con cualquier viento, (estar de temple a todas horas y en cualquier estado). Que así como el buen capitán maniobra con cualquier ejército según su condición; y el buen curtidor con cualquier cuero curte muy buenas suelas; así es perfecto el que sabe acomodarse al tiempo, de suerte que ni por estar en la cumbre se le suba, ni por yacer en lo más hondo se deprima. Por lo cual dice: "pues he aprendido" (Is 50). Bástame con lo poco si eso tengo, y si mucho, sé responder como el eco al mismo tono. Y así se explica diciendo: "sé vivir en pobreza y sé vivir en abundancia".

Pablo se acostumbró a vivir en cualquier circunstancia contento y feliz, en Cristo. “a contentarme en cualquier condición”(Versículo 11). Contentarme—El griego, lit., expresa “independiente de otros, y teniendo suficiencia en uno mismo”. Pero el cristianismo ha elevado el término por encima de la arrogante “autosuficiencia” del pagano estoico al contentamiento del cristiano, cuya suficiencia no está en sí mismo, sino en Dios (2Co_3:5; 1Ti_6:6, 1Ti_6:8; Heb_13:5; cf. Jer_2:36; Jer_45:5). Muy pocas personas -- aun en la iglesia -- han aprendido este secreto con respecto a la prosperidad y la pobreza.

Vemos en seguida la diferencia entre los estoicos y Pablo. Los estoicos decían: " Aprenderé a ser autosuficiente mediante un acto de mi propia voluntad.» Pablo decía: " Todo lo puedo arrostrar gracias al Cristo Que me infunde las fuerzas.» Para los estoicos, la autosuficiencia era un logro humano; para Pablo era un don divino. El estoico era auto-suficiente; Pablo era Dios-suficiente. El estoicismo fracasaba porque no era humano; el Cristianismo triunfa porque está enraizado en lo divino. Pablo podía arrostrar cualquier cosa, porque en toda situación tenía a Cristo; la persona que camina con Cristo puede arrostrarlo todo.

Miren el interesante punto de vista de Charles Spurgeon:

Saber en todo momento ser rico

“Hay muchos que “saben estar humillados”, pero que no han aprendido cómo “tener abundancia”. Si son colocados en la cima de una montaña se marean y caen de inmediato. El cristiano deshonra más a menudo su profesión en la prosperidad que en la adversidad.

Es peligroso ser próspero. El crisol de la adversidad es Una prueba menos severa para el creyente que el refinamiento de la prosperidad. ¡Cuánta debilidad de alma y cuánto descuido de lo espiritual nos ha venido a través de las mercedes y abundancias de Dios! Empero, no debe necesariamente ser así, pues el apóstol nos dice que él sabe cómo tener abundancia. Cuando tenía mucho, sabía cómo usarlo.

La gracia abundante lo capacitaba para poseer abundante prosperidad. Cuando su barco iba viento en popa, lo cargaba con mucho lastre, y así flotaba. Se necesita más que habilidad humana para llevar la rebosante copa de gozo mortal con mano firme. Sin embargo, el apóstol había aprendido aquel arte, pues dice: “En todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre”. Saber cómo estar hartos es algo que solo Dios puede enseñarnos. Los israelitas estuvieron hartos una vez, pero, con la carne aún en sus bocas, la ira de Dios vino sobre ellos. Muchos han pedido bendiciones solo para satisfacer la codicia de sus corazones.

Aquellas personas que solo navegan en un barco pequeño por un lago no tienen historias que contar acerca de aventuras en el mar. Pero el que va a escribir un libro acerca de viajes largos debe viajar muy lejos de la tierra y contemplar el mar en tiempos de tormenta así como de calma. Quizá te convertirás en un cristiano experimentado; darás gran honor a Dios al ser el medio de consuelo para otros que serán probados de manera similar a como tú lo fuiste.

Te prepararás para ser un héroe y eso no puede lograrse excepto por medio de penas grandes y amargas que te sobrevengan. Creo que entre nosotros hay algunos a quienes Dios no puede confiarles mucho gozo. La cabeza se marearía si se le pone en un pináculo muy alto y se volvería orgullosa y autosuficiente y por lo tanto se destruiría. Dios no mataría a sus hijos con caramelos como tampoco lo haría con amargura. Cuando lo necesiten tendrán un tónico, pero si el tónico es tan amargo que pareciera que no pueden tomarlo y seguir viviendo, el Señor les quitará el tónico o les dará alguna dulzura deliciosa que quite todo el sabor amargo.”

CONCLUSIÓN:

En todo y por todo Pablo había aprendido el secreto, lo mismo de estar saciado que de tener hambre, lo mismo de tener abundancia que de padecer necesidad. ¿Y cómo había aprendido el apóstol esta lección? Sencillamente de esta manera: estaba confiado en que estaba en la voluntad de Dios. Sabía que, estuviese donde estuviese, o se encontrase en la circunstancia que fuese, estaba ahí por disposición divina.

Si tenía hambre, era porque Dios quería que tuviese hambre. Si estaba saciado, era porque así lo había planeado su Señor. Ocupado con fidelidad en el servicio de su Rey, podía decir: «Sí, Padre, porque así fue de tu agrado». El apóstol tenía fortaleza para soportarlo "todo" (vv.Flp_4:11-12), y esto incluía tanto las dificultades como la prosperidad en el mundo material. “En Cristo que me fortalece”. La palabra griega que se traduce "fortalece" significa "poner poder adentro". Gracias a que los creyentes están en Cristo (Gál_2:20), Él infunde en ellos su energía para sustentarlos hasta que reciban alguna provisión (Efe_3:16-20; 2Co_12:10). No tenía Pablo esta fuerza como resultado de cierta capacidad innata, ni tampoco por la excelencia de la resolución mental, sino que derivaba de su relación íntima con Cristo.


sábado, 25 de abril de 2020

ESTUDIO SOBRE LUCAS 4:16-21



ESTUDIO SOBRE LUCAS 4:16-21

Leamos el pasaje:

“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

(Luc 4:16-21 RV1960)



En Nazaret, la ciudad donde había transcurrido su infancia y juventud, Jesús iba regularmente a la sinagoga cada sábado. Había otras dos cosas que leemos que hacía con regularidad. Oraba con regularidad (Luc_22:39) y era Su hábito enseñar a otros (Mar_10:1). En una visita a la sinagoga, ... se levantó a leer de las Escrituras del AT. El asistente le entregó el rollo sobre el que estaba escrita la profecía de Isaías. El Señor desenrolló el volumen abriéndolo por lo que conocemos ahora como Isaías 61, y leyó el versículo Isa_61:1 y la primera mitad del versículo Isa_61:2. Este pasaje siempre había sido reconocido como una descripción del ministerio del Mesías. Cuando Jesús dijo: Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír, estaba diciendo de la manera más clara posible que Él era el Mesías de Israel.

Observemos las implicaciones revolucionarias de la misión del Mesías. Él había venido para afrontar los enormes problemas que han afligido a la humanidad a lo largo de la historia:

La pobreza. Para predicar el evangelio a los pobres.

Pobres literales y pobres en espíritu, los mansos y humildes. Evangelio significa “buenas nuevas” o “nuevas alegres”. Parece que los pobres estuvieron más dispuestos a escuchar a Jesús. Su necesidad los dirigía al Salvador. Nadie, rico o pobre puede encontrar a Jesús hasta que se dé cuenta de su destitución espiritual, busque a Cristo y confiese su necesidad.

Dolor. A sanar a los quebrantados de corazón.

“Significa romper en pedazos, quebrantado de corazón, y frecuentemente también el cuerpo. Es conmovedor pensar que Jesús sentía como su misión recomponer corazones quebrantados como trozos de vasos de barro cocido, una verdadera obra de rescate. Jesús los recompone y los libera de sus limitaciones” (ATR). Desde luego, para hacer esto tenía que perdonar pecados (Mar_2:5; Luc_8:48). Al buscar a los perdidos Jesús era el Médico que buscaba enfermos (5:31).

Esclavitud. A proclamar liberación a los cautivos.

Especialmente a los esclavizados por el pecado y Satanás. La expresión es reminiscente de la cautividad babilónica.
Sufrimiento. Y recuperación de la vista a los ciegos.

Tanto física como espiritualmente. Un momento de reflexión les revelará a Cristo en los dos aspectos de su ministerio impartidor de luz. Jesús abrió los ojos de los que estaban ciegos físicamente, pero su gran propósito era abrir ojos espirituales, pero primero éstos tenían que reconocer que estaban ciegos, Jua_9:39.
Opresión. A poner en libertad a los oprimidos.

Los que han sido heridos por la calamidad o pecado. La libertad del pecado es segura y completa; la liberación de la calamidad o dificultades implica, o bien ser librados de la causa de ellas, o gracia para soportarlas.

Añado este análisis que hizo Charles Spurgeon:

“Ninguno, excepto Jesús, puede liberar a los cautivos. La verdadera libertad viene solo de Él. Es ésta una libertad justamente otorgada, pues el Hijo, heredero de todas las cosas, tiene derecho a libertar a los hombres. Los santos veneran la justicia de Dios, que ahora es asegura la salvación. Esta libertad fue comprada a un precio elevado. Cristo habló de ella con su poder, pero la compró con su sangre. Él te hace libre, pero a costa de su prisión; te libertó porque El llevó tu carga; te pone en libertad porque El sufrió en tu lugar. Pero, aunque esa libertad la compró a un precio elevado, te la da, sin embargo, gratuitamente. Jesús no pide nada de nosotros como preparación para recibir la libertad. Nos ve sentados en saco y en ceniza y pide que nos pongamos los bellos atavíos de la libertad. Él nos salva tal como somos, y lo hace todo sin nuestra ayuda y sin nuestros méritos. Cuando Jesús nos pone en libertad, esa libertad está perpetuamente asegurada, ninguna cadena nos atará otra vez. Es suficiente que el Maestro diga: “Cautivo, yo te he libertado”, para que yo quede libre para siempre. Satán procurará esclavizarnos, pero si el Señor está a nuestro lado, ¿a quién temeremos? El mundo con sus tentaciones buscará engañarnos, pero el que está por nosotros es más poderoso que los que están contra nosotros. Las maquinaciones de nuestro engañoso corazón nos acosarán, pero el que empezó en nosotros la buena obra, la proseguirá y perfeccionará hasta el Fin. Los enemigos de Dios y los enemigos del hombre pueden reunir sus huestes y venir en contra de nosotros con renovada furia, pero si Dios nos liberta, ¿quién nos puede condenar? El águila que asciende hasta su nido y se remonta hasta las nubes, no es más libre que el alma libertada por Cristo. Si no estamos bajo la ley, libres de su maldición, exhibamos en forma práctica nuestra libertad, sirviendo a Dios con gratitud”.

Conclusión:

En suma, vino a proclamar un año favorable del Señor -el amanecer de una nueva era para las multitudes gimientes y sollozantes de este mundo-. Se presentó como la respuesta a todos los males que nos atormentan. Y esto es cierto tanto si se piensa en estos males en un sentido físico o espiritual. Cristo es la respuesta.

Es significativo que se detuvo al leer estas palabras: ... a proclamar un año favorable del Señor. No añadió el resto de las palabras de Isaías: «... y el día de la venganza de nuestro Dios». El propósito de Su Primera Venida era predicar el año favorable del Señor. Esta actual era de la gracia es el tiempo aceptable y el día de la salvación. Cuando regrese a la tierra por segunda vez, será para proclamar el día de la venganza de nuestro Dios. Observemos que el tiempo favorable es descrito como un año, y el tiempo de venganza como un día.

Bibliografia:

Biblia Reina Valera 1960.
Biblia de Estudio Maacthur.
Comentarios bíblicos de W. Macdonald.
Comentario al N.T W. Partain y Bill H. Reeves.
Comentario Biblico Beacon.
Devocional CH. Spurgeon.


Edwing Piñango 25/04/2020

miércoles, 8 de abril de 2020

EL ANGEL DE JEHOVA EN JUECES 6:11 ES CRISTO PRE ENCARNADO


EL ANGEL DE JEHOVA EN JUECES 6:11

Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.  (12)  Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.  (13)  Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.  (14)  Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?.
Jue 6:11-14 RV1960
 
Cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová pidiendo socorro, un varón profeta fue enviado primeramente para recordarles su idolatría. Entonces el ángel de Jehová, quien creemos que era Cristo pre-encarnado (ver el discurso a continuación), apareció a un hombre de Manasés llamado Gedeón, quien estaba sacudiendo el trigo en secreto en un lagar, para esconderlo de los madianitas. El ángel le llamó: «varón esforzado y valiente», y dijo que Dios lo usaría para redimir a Israel de Madián. A pesar de las protestas de Gedeón, el ángel repitió su llamado a esta importante labor.

EL ÁNGEL DE JEHOVÁ

El ángel del Señor (Jehová) es el Señor Jesucristo en apariencia preencarnada. Un estudio de los pasajes en los cuales es citado deja claro que Él es Dios, y que Él es la segunda Persona de la Trinidad.

En primer lugar, las Escrituras nos muestran que Él es Dios. Al aparecerse a Agar, ella reconoció que estaba en la presencia de Dios; se refirió a Él como: «Dios que ve» (Gén_16:13). Hablando con Abraham en el monte Moriah, el ángel se identificó como «Jehová» (YHWH en hebreo; Gén_22:16). Jacob oyó al ángel presentarse como el Dios de Bet-el (Gén_31:11-13). Al bendecir a José, Israel usó los nombres de «Dios» y «el Ángel» de forma intercambiable (Gén_48:15-16). En la zarza ardiente, era el «Ángel de Jehová» quien apareció (Éxo_3:2), pero Moisés «cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios» (Éxo_3:6). El Señor que había ido delante de Israel en la columna de nube (Éxo_13:21) era el mismo: «Ángel de Jehová» (Éxo_14:19). Gedeón temía que iba a perecer, porque al ver al Ángel de Jehová había visto a Dios (Jue_6:22-23). El Ángel de Jehová dijo a Manoa que Su nombre era admirable (Jue_13:18), uno de los nombres de Dios (Isa_9:6). Cuando Jacob luchó con el ángel, luchó con Dios (Ose_12:3-4). Éstas son pruebas convincentes de que cuando se menciona al ángel de Jehová en el Antiguo Testamento, se refiere a la Deidad.

Otras apariciones de Cristo en el A.T, los podemos ver en Jue_6:14; Jue_6:16; Jue_6:23; Jue_6:25; Jue_6:27, Cp. Gén_16:7-14; Gén_18:1; Gén_32:24-30 para otras apariciones. vea la nota sobre Éxo_3:2 de J. Macarthur.

John F. Walvoord (citado por Chafer) propone cuatro argumentos para apoyar esto:

«(a) La Segunda Persona es el Dios Visible del Nuevo Testamento.

(b) El ángel de Jehová del Antiguo Testamento no vuelve a aparecer después de la encarnación de Cristo.

(c) Tanto el ángel de Jehová como Cristo fueron enviados por el Padre.

(d) El ángel de Jehová no puede ser ni el Padre ni el Espíritu Santo». [[(Discurso) Citado por L. Sperry Chafer en Systematic Theology (Teología Sistemática), V:32.]]

En cuanto a la cuarta evidencia, Walvoord explica a continuación que el Padre y el Espíritu son invisibles al hombre y ambos tienen el atributo de inmaterialidad. Concluye: «No hay ni siquiera una razón válida para negar que el ángel de Jehová es la Segunda Persona, con todo hecho conocido señalando Su identidad como el Cristo del NT».

Como el ángel de Jehová, Cristo es distinguido de los ángeles en que Él no fue creado. Las palabras traducidas como ángel [[(Discurso) En hebreo mal’ak, en griego angelos (de donde viene nuestra palabra en castellano ángel).]] en ambos Testamentos significan «mensajero»; Él es el Mensajero de Jehová. De modo que, como dice Chafer, Él es un «ángel» sólo en cuanto al oficio. [[(Discurso) Chafer, Systematic Theology (Teología Sistemática), I:328.]] ‡

NOTA AL MARGEN

Jueces 6:18-23

Jue 6:18 RV1960  Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

Jue 6:21  Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.




En el reconocimiento de la presencia de Dios, el pecador sensible está consciente de gran culpabilidad. El fuego de Dios contribuyó aún más para que Gedeón estuviera lleno de asombro y aún el temor de la muerte. Cuando vio al Señor, él sabía que el Señor también lo había visto en su estado caído. De esta manera temía la muerte que pecadores deben de morir ante el Dios Santo. Pero Dios en su gracia le prometió vida (v. Jue_6:23). Para ver una reacción similar a la presencia de Dios, vea a Manoa en el Jue_13:22-23 (cp. Eze_1:26-28; Isa_6:1-9; Apo_1:17).


CONCLUSIÓN PERSONAL:

A mi entender, y, lo que reflejan claramente las escrituras, es a Cristo siendo protector y defensor de su pueblo santo. Lo saco de Egipto, lo defendió, y protegió en todo momento y en todo lugar, en cuanto fueron obedientes claro está. Podemos ver a Cristo dictándoles la santa escritura a los autores del A.T, inspirándoles con su Espiritu Santo, a los profetas, reyes y servidores.

El Dr. Loraine Boettner dice: «A la luz del Nuevo Testamento,este Ángel de Jehová que aparece en los tiempos del Antiguo Testamento, que habla como Jehová, que ejerce su poder, que recibe adoración, y tiene autoridad para perdonar pecados, no puede ser sino el Señor Jesucristo, quien, al igual que ese Ángel:

»a) Procede del Padre: Jn. 16:28.
»b) Habla por el Padre: Jn. 3:34; 14:24.
»c) Ejerce el poder del Padre: Mt. 28:18.
»d) Perdona pecados: Mt. 9:2, 6. (Compárese con Éx. 23:20-21.)
»e) Recibe adoración: Mt. 14:33; Jn. 9:38.
»Si este Ángel no fuese Cristo, entonces la pregunta: ¿quién era ese misterioso personaje, ese ángel?, no tendría respuesta».

En el Ángel de Jehová vemos, pues, una Cristofanía. Y esto proyecta una clara luz exegética que permite una mejor comprensión del texto de Gn. 2:7: «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra».

Hay quienes admiten este pasaje de un modo literal, sugiriendo que el Ser Supremo invisible pudo asumir esa forma visible llamada teofanía mesiánica, sublime fenómeno que se repitió varias veces en el curso de la historia bíblica y que, de acuerdo con las declaraciones del Nuevo Testamento, tenemos toda razón para atribuirlo a la persona del Verbo (Jn. 1:18). Según esta interpretación del relato bíblico, que no tiene nada de inverosímil, la persona divina del Verbo intervino en el origen del hombre, y lleva a cabo una creación especial directamente del polvo de la tierra. (Jn. 1:3; Col. 1:16; He. 1:2).

Veamos también Gn. 22:11-12. En el v. 11 se dice: «Entonces el Ángel de Jehová le dio voces desde el cielo»; pero en el v. 12, este Ángel se llama Dios a Sí mismo, cuando le dice a Abraham: «porque yo conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo».

 EL ÁNGEL DE JEHOVÁ Y MOISÉS: ÉXODO 3

En el v. 2 se dice: «Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza». Aquí, el que se aparece a Moisés, es llamado «el Ángel de Jehová». Pero en el v. 4 se encuentra esta declaración: «Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés!». Vemos como, aquí, el Enviado del Señor es llamado por ambos nombres: «Jehová» y «Dios». Y la identificación del Ángel de Jehová con el Señor Dios queda confirmada por el hecho de que este Mensajero del Señor, hablando de su aparición a Moisés, dice en el v. 6: «Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob».

La evidencia adquiere más peso en favor de tal concepto cuando se añade seguidamente que: «Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios». Y otra vez, ahora en el v. 7, el Ángel del Señor vuelve a ser llamado Jehová.

Así que este Ángel de Jehová va a hablar todo el tiempo como Jehová. Por lo tanto, no hay que perder de vista el v. 2 cuando llegamos al v. 14: «Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.

Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros». Digámoslo en palabras del profesor Lacueva, que hacemos nuestras:

«Yo creo que la mayoría de los que leen este versículo (el 14), piensan que el que está hablando es el Padre. Y no es así. El Padre siempre le habla (a Moisés) por medio del Hijo, porque el Hijo es el revelador del Padre, es el Lógos, el Verbo del Padre, y el Padre sólo tiene una Palabra. De manera que cuando Dios responde a Moisés y le dice: YO SOY EL QUE SOY, quien está hablando es el Ángel de Jehová, porque Él es siempre el interlocutor de toda la porción absolutamente».

ALABADO SEA POR SIEMPRE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


BIBLIOGRAFIA:

Comentario Biblico Macdonald.
Comentario Biblico Macarthur.
CONOCIENDO A JESÚS EN EL A.T. Cristología y tipología Bíblica. Eugenio Danyans.