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viernes, 14 de junio de 2019

ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA SEXTA PARTE: CONCLUSIONES Y ASPECTOS POSITIVOS


ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA SEXTA PARTE: CONCLUSIONES Y ASPECTOS POSITIVOS





A medida que leemos las exhortaciones de despedida de Josué sobre el servicio fiel, ¿no nos pone chiquito el corazón? ¿Nos atreveríamos a decir las mismas palabras que Josué pronunció más de 3.400 años atrás: “En cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová”? O si acaso sirve a Jehová en medio de circunstancias que lo ponen a prueba o lo aíslan de otros fieles, ¿no le infunden ánimo las palabras que Jehová dijo a Josué al principio de la marcha para entrar en la Tierra prometida: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente”? Además, ¿no obtiene provecho inestimable de seguir Su consejo de ‘leer [la Biblia] en voz baja, día y noche, para tener éxito en su camino’? Sin duda, todos los que sigan ese consejo sabio lo hallarán notablemente provechoso (24:15; 1:7-9).

¿Qué cualidades esenciales para el cristianismo se recalcan?

Los sucesos tan vívidamente registrados en el libro de Josué son más que solo historia antigua. Recalcan principios piadosos... primordialmente que la fe absoluta en Jehová y la obediencia a Él son vitales para tener su bendición. El autor de la carta a los Hebreos dice que por fe “los muros de Jericó cayeron después de haber sido rodeados por siete días”, y que por fe “Rahab la ramera no pereció con los que obraron desobedientemente”. (Heb. 11:30, 31.) También Santiago menciona a Rahab como un ejemplo provechoso para los cristianos respecto a efectuar obras de fe. (Sant. 2:24-26.)

Grandes milagros, grandes gestas, un gran Dios creador Protector.

Los extraordinarios sucesos sobrenaturales que se registraron en Josué 10:10-14 —cuando el Sol se quedó inmóvil y la Luna se detuvo, así como los muchos otros milagros que Jehová realizó en favor de su pueblo— son vigorosos recordatorios de la capacidad y el propósito de Jehová tocante a causar un exterminio final de todos los inicuos opositores de Dios. A Gabaón, escena de batalla tanto en el tiempo de Josué como en el de David, la relaciona Isaías con el hecho de que Jehová se levantará con agitación para este exterminio, “para hacer su obra —su extraña obra— y para hacer su operación—su extraña operación—”. (Isa. 28:21, 22.)

¿Qué relación hay entre el libro de Josué y el Nuevo Testamento?

¿Hay relación entre el Libro de Josué y el N.T? ¡Por supuesto que sí! El hecho de que la conquista de la Tierra Prometida y el establecerse en ella han de enlazarse con algo mucho mayor lo indicó el autor de Hebreos: “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.”. (Heb. 4:1, 8, 9.) Ellos adelantan con firmeza para asegurarse de su “entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. (2 Ped. 1:10, 11.) Como muestra Mateo 1:5, Rahab llegó a ser antepasada de Jesucristo. Así el libro de Josué suministra otro eslabón vital en el registro que conduce a la producción de la Descendencia relacionada con el Reino. Provee una garantía firme de que el cumplimiento de todas las profecías y la segunda venida de Cristo es segura. Al hablar de la promesa que Dios les hizo a Abrahán, Isaac y Jacob, y que se repitió a los israelitas, sus descendientes, el registro declara en cuanto al tiempo de Josué: “No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió”. (Jos. 21:45; Gén. 13:14-17.) ¡Todo se realizará!.

El predominio posterior de los cananeos fue efecto de la negligencia de Israel y castigo por su pecaminosa inclinación a la idolatría y abominaciones de los paganos que albergaron y permitieron en su medio. No faltó nada bueno que el Señor había hablado a la casa de Israel. En su debido momento todas sus promesas serían cumplidas; entonces, su pueblo iba a reconocer que el Señor ha superado sus mayores expectativas y los ha hecho más que vencedores y llevándolos al deseado descanso.

BIBLIOGRAFIA:

Comentarios de la Biblia Mathew Henry.
“Toda escritura de Dios es Provechosa” Watch Tower Bible.


viernes, 7 de junio de 2019

ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA QUINTA PARTE: PROCESO DE CONQUISTA DE CANAAN; GENOCIDIO O MANDATO DE DIOS


ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA QUINTA PARTE: PROCESO DE CONQUISTA DE CANAAN; GENOCIDIO O MANDATO DE DIOS?

Origen, historia y costumbres de los pueblos que habitaban las tierras de Canaán:

Podemos hacer una pequeña tabla acerca de los orígenes de los pueblos cananitas:


1. AMALECITAS
Los descendientes de Amalec, el nieto de Esaú (Gén_36:12), quienes moraron al S de Palestina en el Neguev.
2. AMONITAS
Los descendientes de Ben-ammi, el nieto de Lot e hijo de su hija menor (Gén_19:38), quienes vivieron al E del río Jordán y al N de Moab.
3. AMORREOS
Un término general para los habitantes de la tierra, pero especialmente para los descendientes de Canaán quienes habitaron a ambos lados del Jordán.
4. CANANEOS
En términos generales, estos son los descendientes de Canaán, hijo de Cam, hijo de Noé (cp. Gén_10:15-18), e incluyó a muchos de los otros grupos aquí mencionados.
5. EDOMITAS
Los descendientes de Esaú que se establecieron al SE de Palestina (cp. Gén_25:30) en la tierra de Seir.
6. GIBLITAS
Pueblo del antiguo puerto que más tarde se conoció como Byblos, a unos 32 km al N del Beirut moderno (Jos_13:5).
7. GESURITAS
Los habitantes de Gesur, al E del Jordán y al S de Siria (Jos_12:5).
8. GABAONITAS
Los habitantes de Gabaón y áreas aledañas (Jos_9:17).
9. GERGESEOS
Un tribu que descendió de Canaán, la cual fue incluida entre la población general de la tierra sin identidad geográfica específica.
10. GEZRITAS
Un grupo poco conocido que vivió en la parte NO del Neguev, antes que fueran destruidos por David (1Sa_27:8-9).
11. HETEOS
Inmigrantes del Imperio Heteo (en la región de Siria) hacia la región central de la tierra (cp. Gén_23:10; 2Sa_11:3).
12. HEVEOS
Descendientes de Canaán que vivieron en la región norteña de la tierra.
13. HOREOS
Residentes antiguos de Edom de un origen desconocido que fueron destruidos por los descendientes de Esaú (Deu_2:22).
14. JEBUSEOS
Descendientes de Canaán que moraron alrededor de Jerusalén (cp. Gén_15:21; Éxo_3:8).
15. CENEOS
Una tribu madianita que originalmente moraba en el Golfo de Akaba (1Sa_27:10).
16. MOABITAS
Los descendientes de Moab, el nieto de Lot e hijo de su hija mayor (Gén_19:37), quienes vivieron al E del Mar Muerto.
17. FEREZEO
Pueblo incluido entre la población general de la tierra cananita y cuyo linaje no se remonta a Canaán. Su identidad exacta es incierta.



La historia de los pueblos cananitas la podemos obtener bien sea de la fuente bíblica, o bien sea de registros arqueológicos u otras fuentes antiguas:

CANAÁN: UNA LARGA HISTORIA DE INIQUIDAD

Los cananeos tenían una larga historia de iniquidad. Descendieron de Canaán, nieto de Noé, por medio de Cam. (Gén. 9:18) Y evidentemente Canaán tenía un rasgo definidamente corrompido, quizás de índole lasciva, que se manifestó por medio de un abuso que tuvo que ver con su abuelo Noé. El padre de Canaán, Cam, aunque se enteró de este acto, o no lo impidió o no emprendió acción disciplinaria contra el ofensor. De modo que Canaán recibió una maldición divina. (Gén. 9:20-25) Por medio de su presciencia Dios podía ver los resultados malos en que finalmente culminaría esta característica mala entre los descendientes de Canaán.

jueves, 30 de mayo de 2019

ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA


ESTUDIO DE JOSUE Y EL PROCESO DE CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA
 (1ª PARTE)


Nombre del libro: Josué
Escritor o escritores: Josué y probablemente un secretario o asistente que culmino el libro.
Dónde se escribió: Canaán
Cuándo se completó (a.E.C.): c 1405 – 1385
Tiempo abarcado (a.E.C.): 1473-c. 1450



RESUMEN DE JOSUE

El Libro de Josué es uno de los documentos más importantes en el Antiguo Testamento. La rápida conquista de la Tierra Prometida, y el asentamiento real de los israelitas en ella, proporcionan un sorprendente acierto de las predicciones Divinas para Abraham y los patriarcas sucesivos; y al mismo tiempo contiene el testimonio más inequívoco y amplio de la autenticidad de este libro sagrado. Varios de los acontecimientos narrados en él se confirman de una manera muy extraordinaria, por las tradiciones actuales entre las naciones paganas, y preservadas por antiguos historiadores profanos de carácter indudable.
Por lo tanto, todavía hay monumentos que demuestran que los cartagineses eran una colonia de sirios que escaparon de Josué; como también que los habitantes de Leptis, en África, vinieron originalmente de los sidonios, que abandonaron su país a causa de las calamidades con las que fue abrumado. Procopio cuenta que los fenicios huyeron antes que los hebreos a África y se dispersaron hasta las columnas de Hércules; y agrega: "En Numidia, donde ahora se encuentra la ciudad de Tigisis (Tánger), han erigido dos columnas, en las cuales, en caracteres fenicios, está la siguiente inscripción: Somos los fenicios que huimos del rostro de Jesús (Josué) el hijo de Naue (Nun)."

TITULO

En el texto masorético lleva el título de Yehoshua, que la versión de los LXX conserva, adoptando, sin embargo, la forma nominal más reciente de Yesua (Neh 8:17).  Jerónimo reproduce el encabezamiento hebraico y griego del libro al escribir: “Josué Bennun, id est lesus Nave.”
En el canon judío el libro de Josué ocupa el primer lugar entre los de la segunda clase, llamada “Profetas anteriores,” e inicia en el canon eclesiástico la serie de los libros históricos del Antiguo Testamento. Este lugar destacado en el canon se ha mantenido constantemente a través de los siglos y en todos los manuscritos por razón del prestigio que alcanzó Josué entre los hebreos por estar íntimamente unido a Moisés, del cual fue asiduo colaborador y fiel ministro (mesharet) en vida (Ex 17:8-16; 24:13; 33:11; Núm 14:30-38) e inmediato sucesor suyo al morir sobre el monte Nebo, en los umbrales de la tierra prometida.

TEXTO
El libro de Josué fue escrito originariamente en hebreo. Al cotejar el texto hebraico con el texto griego de los LXX se encuentran diferencias sensibles. De ahí que haya surgido entre los críticos cierta discrepancia tocante a la valoración de ambos textos. Unos se declaran abiertamente en favor del texto griego (Humme-lauer, Clamer, Schulz), otros por el hebraico (Noth, Dillmann, Cales). La posición más aceptable es la de aquellos que rehuyen los apasionamientos y proceden en cada caso de un modo ecléctico, de conformidad con las reglas de crítica textual, interna y externa. El texto griego está muy lejos de presentarse uniforme, y las variantes se acentúan a propósito de los nombres geográficos. Es tanta a veces la diferencia entre los diversos códices que A. Rahlfs ha publicado en un cuadro sinóptico los capítulos 15 y 19 de los códices B, A. Algunos críticos han contribuido eficazmente a dilucidar los problemas que ofrece el texto griego de Josué. Después de los estudios de Margolis, los autores más recientes se inclinan por el texto masorético.

AUTOR Y FECHA

Aunque el autor no es nombrado, el candidato más probable es Josué, quien era el testigo ocular clave de los acontecimientos registrados (cp. Jos_18:9; Jos_24:26). Un asistente a quien Josué preparó pudo haber terminado el libro al incluir comentarios tales como los que tienen que ver con la muerte de Josué (Jos_24:29-33). Algunos han sugerido que esta sección fue escrita por el sumo sacerdote Eleazar, o su hijo, Finees. Rahab aún estaba viva en el tiempo cuando (Jos_6:25) fue escrito. El libro fue terminado antes del reinado de David (Jos_15:63; cp. 2Sa_5:5-9). El período más probable en el que se escribió es 1405 – 1385 a.C.

Sin Embargo hay otra teoría, muy popular entre el circulo teológico liberal, que el título del libro y el texto de Eccli 46:1 “Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés en la dignidad profética” dieron ocasión de atribuir a Josué el libro que lleva su nombre. Por lo que deducen que el título se refiere al contenido del mismo, no a su autor. “El mencionado texto de Eccli 46:1 dice solamente que Josué sucedió a Moisés en la misión profética” (Ex 24:13; 33:11; Núm 11:28; Jos 1:1). Igualmente argumentan que una antigua tradición talmúdica (Baba Bathra 140), según la cual “Josué escribió su libro y los últimos ocho versos de la Ley,” tuvo poco eco en la tradición cristiana primitiva, rechazándola Teodoreto, el seudo Atanasio, y San Jerónimo. “La sentencia de que Josué escribió su libro es rechazada unánimemente por los autores modernos, y los argumentos aducidos en su favor carecen de sólido fundamento”. Para los liberales la mayoría de los personajes bíblicos no existen…

A falta de argumentos externos que decidan la cuestión de autor, vale la pena recurrir a argumentos de índole interna. Del examen del libro aparece que en su redacción actual se refieren hechos sucedidos después de la muerte de Josué (15:13-19; 19:47; 13:30). La observación de 4:14: Y éstos (los israelitas) le respetaron como habían respetado a Moisés todos los días de su vida, y la frase tantas veces repetida: hasta el día de hoy, sugieren que hubo un intervalo de tiempo entre los hechos que se refieren y su redacción por escrito. Decisivo es el siguiente testimonio de 24:31: Israel sirvió a Yahvé durante toda la vida de Josué y durante toda la vida de los ancianos que le sobrevivieron y conocían cuanto había hecho Yahvé en favor de Israel. Pero una vez más, infiero que un ayudante o asistente ayudó a Josué a terminar el libro.

Cada pueblo conserva tenazmente los hechos más salientes de su historia nacional, que se recuerdan y comentan con orgullo. Aparte de la inspiración de los poetas y profetas, que los exaltan y revisten con detalles pintorescos, existe la consignación desapasionada de los mismos encaminada a servir de lección y estímulo para las generaciones posteriores. No puede determinarse el tiempo preciso en que las tradiciones orales se fijaron por escrito. Algunos quieren que parte del libro fue escrita antes de Salomón (16:10, comparado con 1 Re 9:16) y aun antes de David (15:63, comparado con 2 Sam 5:6-8).

En el exilio, Israel se reconcentró en sí mismo y reflexionó acerca de las causas que lo motivaron. Un examen filosófico-teológico de la historia demostraría a Israel que era él mismo el que se había ganado su ruina a causa de su infidelidad al Pacto de la alianza. El libro de Josué es un capítulo de esta historia, en la cual se prueba que Dios cumplió todas sus promesas hechas a los patriarcas (Gen 12:7) de dar a su descendencia la tierra de Canaán, venciendo a todos los pueblos que en ella habitaban (24:18). Para el autor sagrado, la conquista de Canaán por los israelitas no es un acontecimiento profano, sino teológico.

CONTEXTO HISTORICO

Cuando Moisés pasó el liderazgo a Josué antes de morir (Deu_34:1-12), Israel estaba al final de su travesía de un período de cuarenta años por el desierto ca. 1405 a.C. Josué estaba llegando a los noventa años de edad cuando se convirtió en el líder de Israel. Él murió a la edad de ciento diez años (Jos_24:29), habiendo guiado a Israel a sacar a la mayoría de los cananeos y habiendo dividido la tierra entre las doce tribus. Estando en las llanuras de Moab, al E del río Jordán y la Tierra Prometida (Gén_12:7; Gén_15:18-21), los israelitas esperaban la dirección de Dios para conquistar la Tierra Prometida. Ellos enfrentaron a pueblos en el lado occidental del Jordán que se habían sumergido tanto en iniquidad que Dios haría que la tierra, por decirlo así, vomitara a estos habitantes (Lev_18:24-25). Él le daría a Israel la tierra por conquista, primordialmente para cumplir el pacto que Él le había dado a Abraham y a sus descendientes, pero también para juzgar justamente a los habitantes pecaminosos (cp. Gén_15:16). La posesión por mucho tiempo atrás de diferentes partes de la tierra por parte de varios pueblos se remontaba aún antes de la época de Abraham (Gén_10:15-19; Gén_12:6; Gén_13:7). Sus habitantes habían continuado en un declive moral en la adoración de muchos dioses hasta el tiempo de Josué.



TEMAS HISTÓRICOS Y TEOLÓGICOS

Una característica clave es la fidelidad de Dios en cumplir su promesa de darle la tierra a los descendientes de Abraham (Gén_12:7; Gén_15:18-21; Gén_17:8). Por su guía (cp. Jos_5:14 – Jos_6:2), habitaron los territorios E y O del Jordán, y así la palabra "poseer" aparece casi veinte veces.

Relacionado a este tema se encuentra el fracaso de Israel al no llevar su conquista a toda la tierra (Jos_13:1). Jue_1:1-36; Jue_2:1-23 más tarde describe los resultados trágicos de este pecado. Los versículos clave se enfocan en: 1) la promesa de Dios de posesión de la tierra (Jos_1:3; Jos_1:6); 2) meditación en la ley de Dios, lo cual era estratégico para su pueblo (Jos_1:8); y 3) la posesión parcial de la tierra por parte de Israel (Jos_11:23; Jos_21:45; Jos_22:4).

La distribución específica de distintas porciones en la tierra era la tarea de Josué, como se registra en los caps. Jos_13:1-33 al Jos_22:1-34. Se colocaron levitas estratégicamente en cuarenta y ocho ciudades para que los servicios espirituales de Dios a través de ellos estuvieran razonablemente dentro del alcance de los israelitas, independientemente del lugar en el que se encontraran.

Dios quería que su pueblo poseyera la tierra: 1) para guardar su promesa (Gén_12:7); 2) para preparar los acontecimientos que más tarde se llevarían a cabo en el plan de su reino (cp. Gén_17:8; Gén_49:8-12), esto es, colocar a Israel en la posición adecuada durante los períodos de los reyes y profetas; 3) para castigar a pueblos que eran una afrenta para Él debido a la pecaminosidad extrema (Lev_18:25); y 4) ser un testimonio para otros pueblos (Jos_2:9-11), conforme al propósito principal de pacto de Dios alcanzaba a todas las naciones (Gén_12:1-3).

RETOS DE INTERPRETACIÓN

Los milagros siempre retan a los lectores o a creer que el Dios quien creó el cielo y la tierra (Gén_1:1) puede hacer otras obras poderosas también, o para explicarlos de tal manera que les quiten la identidad milagrosa. Tal como en el día de Moisés, los milagros en este libro fueron parte del propósito de Dios, tales como: 1) su retención de las aguas del Jordán (Jos_3:7-17); 2) la caída de los muros de Jericó (Jos_6:1-27); 3) las piedras de granizo (Jos_10:1-11); y 4) el día largo (Jos_10:12-15).


Otros retos incluyen:

1) ¿cómo se relaciona la bendición de Dios sobre la ramera Rahab, quien le respondió con fe, con el hecho de que ella mintió (Jos_2:1-24)?;
2) ¿por qué fueron ejecutados con Acán los miembros de su familia (Jos_7:1-26)?;
3) ¿por qué fue Hai, con menos hombres que Israel, difícil de conquistar (Jos_7:1-26; Jos_8:1-35)?;
4) ¿qué quiere decir que Dios envió delante de Israel "tábanos" (Jos_24:12)? Estas preguntas serán respondidas en el próximo estudio sobre el libro de Josué.

 Bibliografia:

Biblia Comentada (7 Tomos) Texto de la Nácar-Colunga.

Autor(es):   Profesores de la Universidad  Pontificia, de la Facultad Teológica Dominicana de San Esteban y del Seminario diocesano de Salamanca.

Biblia de Estudio John Macarthur.

Treasury of Scriptural Knowledge by Canne, Browne, Blayney, Scott, and others, with introduction by R. A. Torrey.