viernes, 27 de julio de 2018

LAS DIVERGENCIAS DE LOS RELATOS DE JUAN Y LOS SINÓPTICOS

Las Divergencias de los relatos de Juan y los Sinópticos sobre la Vocación de los Primeros Discípulos .

Al comparar los relatos sinópticos con los de Juan sobre la vocación de los primeros discípulos de Cristo, se nota una divergencia muy notable.  Esquematizando estas diferencias, se ve en:

Los sinópticos (Mat_4:18-22; Mar_1:16-20)

  • La escena en Galilea junto al lago. La vocación de Andrés y Pedro es provocada directamente por Cristo. La vocación de estos primeros discípulos se hace cuando unos - Pedro y Andrés - “echaban las redes en el mar.” La vocación de Juan y Santiago se hace por Cristo mientras éstos “arreglaban las redes.”


Jua_1:35-51
  • La escena es en Judea. En la zona del Jordán. La vocación de Andrés y Juan es provocada por el Bautista. La vocación de Andrés es distinta de la de Pedro; se hace juntamente la de Andrés y de Juan (?). Andrés llama a Pedro para que vaya a Cristo.  La vocación de Santiago no se hace, a menos bajo el nombre de Santiago.



Ante estas diferencias no cabe más que preguntarse: ¿Se refieren ambos relatos a un mismo momento histórico? ¿Son el mismo relato? Pero entonces, ¿cómo es posible explicar estas diferencias?

La solución que ordinariamente se alegó era ésta: el relato de Juan no narra la vocación definitiva de estos discípulos, sino un primer contacto con Cristo, una primera invitación más o menos precisa a seguirle, mientras que el relato de los sinópticos transmite la vocación definitiva de éstos ante el llamamiento formal que Cristo les hace junto al lago de Tiberíades.

Esta solución pudiera tener en contra que tanto el relato de Juan como los de Mt-Mc parecen trasmitir un contacto y llamamiento definitivo de estos discípulos al apostolado. Pues si en Mt-Mc, “dejando” todo, le “siguen,” lo mismo sucede en el relato de Jn: con él van a Galilea y con él asisten como “discípulos” (Jua_2:11) a las bodas de Cana.

Boismard piensa que “se podría adoptar la solución siguiente: Jn no habla de la vocación de los hijos de Zebedeo, sino solamente del llamamiento de Andrés y de su hermano Simón; de estos dos últimos, los hechos habrían pasado tal como los describe, teniendo en cuenta el esquematismo introducido en su relato. Los dos hijos de Zebedeo habrían sido llamados por Cristo, como cuenta Marcos, cuando ellos se entregaban a la pesca con su padre en la ribera del lago de Tiberíades. Pero en la tradición representada por Mc (la de Mt arameo) se encontraban pocos informes sobre la vocación de Andrés y Pedro. Como ellos debían de ser pescadores y se quería mencionar la “vocación” del jefe de los discípulos, se habría compuesto un relato de la vocación de Simón y Andrés calcado sobre el de la vocación de Santiago y Juan.” 

Otra hipótesis de solución podría ser verosímil. La escena de Jn es histórica. Inventarla no tendría interés a la hora en que por otras “fuentes o kerigma podría ser desmentida. Pero, aunque sustancialmente histórica, no es la, definitiva. Esta “vocación” definitiva de la dupla díptica Pedro-Andrés/Santiago-Juan, para los sinópticos debió de ser junto al lago; aunque teniendo pocos detalles de la misma, la reproducen en una forma homologada histórico-esquemática (Mat_4:18-22; Mar_1:16-20; Luc_5:1-11). La “vocación” de los otros apóstoles, o no les interesó tanto su relato - lo que parece improbable - , o la ignoraron sus “fuentes.”

Parecería extraño que, antes de esta escena definitiva, no hubiese habido contactos de Cristo con sus futuros apóstoles. “El mismo relato de los sinópticos se hace más inteligible a la luz de esta noticia trasmitida por Jn” (B. Vawter, o.c., p.428). “El hecho de que los dos pares de hermanos acepten sin réplica la llegada de Jesús, sólo es comprensible admitiendo la suposición de que ya le conocían de algún tiempo atrás” (A. Wlkenhauser, p.1 11). Un ejemplo de cómo estos “seguimientos” instantáneos a Cristo tienen el valor de una decisión decisiva y firme, pero suponiendo arreglos familiares consiguientes, es la escena de la “vocación” de Mt. Según Lc (Luc_5:27-28), Cristo le dice: “Sígueme.” El se levantó, dejó todas las cosas, y le siguió (cf. Mat_9:9; Mar_2:14). Pero luego, días después, da a Cristo una comida en su casa, con invitados (cf. Mar_2:15ss par.).

Juan o no conoció los relatos - o el ambiente sinóptico-kengmátko - de la “vocación” definitiva de esos cuatro apóstoles citados, o no le interesó repetirla, aunque dos - Felipe, Natanael - , o tres, si “el otro” que aparece binado con Andrés no fuese Juan, no aparecen en la bina díptica de los sinópticos. La razón podría ser ésta: porque en la narración “vocacional” histórica que hace de estos cinco futuros apóstoles, vio, al menos a la hora de la composición de su evangelio, que esta “vocación” había ido de hecho, definitiva.

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