viernes, 1 de agosto de 2025

PROFUNDIZANDO EN LAS ESCRITURAS: UN ESTUDIO DEL SALMO 142:1

 El verso a estudiar dice: "Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia.".

Edwing P. dice: Veamos la fe de David aquí en medio de la cueva, sus enemigos afuera, buscándolo para matarlo, y él acude a su Dios, ora, se aferra a su misericordia, y pide a Dios con fe, protección y ayuda. Debemos observar que en plena dificultad, lo primero que hace David es ir a Dios. No toma su espada, ni llama a sus guerreros; él acude al Señor y pide su ayuda. Nosotros debemos seguir sus pasos y antes que todo lo demás, antes de pedir ayuda a hombre o valernos de nosotros mismos, pidamos ayuda a Dios, quien es seguro baluarte y refugio seguro en el día de la angustia. En segundo lugar David ora y clama a Dios en la tensa situación, en plena persecusión enemiga. No lo deja para después, sino que en ese momento, es donde empieza a orar. Igualmente nosotros no dejemos para luego el orar y hablar con Dios, ése es el mejor momento para pedirle al Señor protección y ayuda! No dejemos para después, lo que debemos hacer ya.

++ Straubinger dice: Maskil: Salmo de instrucción (cf. Sal_32:1 y nota). En la cueva: Muy probablemente la de Odollam, donde David se escondió huyendo de Saúl (1Sa_22:1), así como el Salmo 115 se referiría a la de Engaddí (1Samuel 24). Al entregar su alma al Padre celestial, San Francisco de Asís rezó este Salmo, en el cual vemos una vez más que David, como figura de Cristo, “experimentó en su alma todas las pruebas que podemos encontrar en la vida espiritual” (Dom Puniet), a fin de poder darnos en los Salmos un tratado perfecto.

++ Charles Spurgeon dice: David oro cuando estuvo en la cueva. Si tiempo después, cuando estuvo en su palacio, hubiera orado siquiera la mitad de lo que oro cuando estaba en la cueva, todo hubiera sido mejor para él. Si hubiera estado mirando hacia el cielo, si su corazón hubiera estado en comunión con Dios, nunca hubiera mirado a Betsabé, y jamás habría cometido  ese tremendo pecado crimen que manchó horrendamente todo su carácter.

El nuestro no es un Dios de las colinas solamente, sino también  de los valles. Él es tanto el Dios del mar como de la tierra. Él escuchó  a Jonás cuando estaba aprisionado –al parecer para siempre- en el vientre del gran pez. Cualquiera que sea su lugar de trabajo, allí puede orar. Dondequiera que se acueste, allí puede elevar su oración. No existe un lugar al cual pueda ir y alejarse de Dios, y no hay un momento, del día o de la noche, en el cual el trono de Dios sea inaccesible. Las cuevas han podido escuchar las mejores oraciones. Algunos de los hijos e hijas de Dios brillan mejor en la oscuridad. Muchos de los herederos del cielo oran muy bien solo cuando están en necesidad. Algunos cantan en su lecho de enfermos, pero cuando están bien de salud, raramente lo hacen. Otros alaban a Dios bajo el fuego de la aflicción, pero no lo hacen antes de que la prueba llegue.

Otros alaban a Dios bajo el fuego de la aflicción, pero no lo hacen antes de que la prueba llegue.

David  iba ser rey de Israel. ¿Cuál sería su camino al trono en Jerusalén? Ese camino  pasó primero por la cueva de Adulam. Tuvo que pasar por allí como un comienzo, porque esa era la maneraen que se convertiría en rey. Cuando Dios está a punto de llevarlo a usted a un nivel espiritual más alto, primero le hace descender. Él le hace sentir hambre antes  de alimentarlo bien; Él lo desnuda antes de vestirlo; lo convierte en nada, antes de hacer de usted algo grande. Jacob llegó a ser el “Príncipe de  Dios” cuando Dios tocó su cadera y lo puso a cojear. No se asombre si tiene que pasar por la cueva. Allí es donde Dios le enseñará a orar.

Padre bueno, venga lo que viniere a mi vida hoy, sea una cueva o un trono, que en mis  labios  siempre permanezcan las alabanzas para Ti. Amén.